En el mundo ideal de los blogs, todo el mundo ve True Detective, se ha comprado los Blu Ray de The Wire, Los Soprano es su serie de cabecera y suspira triste porque ya hace casi un año que Mad Men se acabó para siempre. Luego la triste realidad es que los programas y las series más vistas son las que son. Vivimos en el país donde Gran Hermano lleva 16 años en antena y hay tuiteros que se rasgan las vestiduras porque suspenden la emisión de Hombres, Mujeres y Viceversa para dar la última actualidad informativa sobre los atentados de Bruselas o la tragedia aérea de Los Alpes. Las series de televisión se han convertido en el sucesor natural de los documentales de La Dos, esos que todo el mundo afirma seguir. Como las cifras de audiencia son las que son, a uno le asaltan las dudas de si en esto de las series no habrá algo de postureo.

En estos momentos se me ocurren algunos ejemplos de lo que puede ser el postureo seriéfilo. Uno sería el de aquellos que se aburren viendo determinada serie de televisión, pero mantienen que es lo más de lo más porque, hablan tan bien de ella, que criticarla les haría parecer unos zotes. Dos, los que admiten que siguen una serie y aparentan saber todo sobre sus personajes (tras una rápida búsqueda en Google) para no quedar fuera de la conversación, aunque no hayan visto ni uno solo de sus episodios. Un tercer grupo sería el de aquellos que buscan ser los primeros en descubrir esa "joya" que no ha visto nadie y se tragan cualquier cosa para ensalzarla y presumir de que fue él quien la puso de moda, aunque realmente hay un motivo por el que nadie la veía. Y finalmente están aquellos que, sea lo que sea, siempre mantendrán la misma opinión: todo es una mierda.

Si a alguno le resulta increíble que pueda haber gente capaz de mentir sobre sus hábitos televisivos por puro postureo, hará un par de años que el portal británico Radiotimes, especializado en cine y televisión, hizo una encuesta entre sus lectores con la pregunta de si alguna vez habían mentido sobre las series que veían. Aunque ganaba el no, el 42% confesaba haber soltado alguna que otra trola en ese aspecto. La segunda pregunta era sobre qué serie habían cometido semejante afrenta. Y he aquí el listado: Breaking Bad (13,8%), Juego de Tronos (11,8%), Lost (5,6%) y Orange is the New Black (5,2%). ¿Sorprendido? Hay que tener en cuenta que los datos son de hace un par de años y alguna ya no sigue en antena. Todas ellas han tenido buenas audiencias, así que supongo que la mentira se deberá al hecho de que, al ver más gente que la sigue, será más frecuente la posibilidad de que puedan aparecer en una conversación cotidiana y aparentar ser fan es la manera de evitar quedar como un hereje.

Este post va dedicado a todos aquellos que mienten. Especialmente para ti, mi querido tronista. Un pequeño ranking de series para posturear que servirá como guía a aquellos que quieren seguir mintiendo sin rubor alguno sobre las series que ve y quedar como un señor. Lo que leas a partir de ahora será puro postureo. ¿O tal vez no? ¿Preparado?

Juego de Tronos (HBO): Se supone que ésta es de audiencias masivas y la ve casi todo el mundo, pero lo cierto es que está entre los primeros puestos de la encuesta. ¿Se tratará de espectadores que llevan perdidos desde la segunda temporada? Tanto personaje nuevo con barba y ya no se sabe distinguir a uno de otro. Por muy desorientado que uno esté, siempre le subirá la adrenalina cuando sale una escena de sexo explícito o se cargan a uno de los protagonistas. Ah, ¿que no se había muerto ya? Con Juego de Tronos es muy difícil mentir sin que a uno le pillen, a no ser que se ponga a hablar de los ancestros de los Stark, los Lannister y los Targarien, ya que allí se lía todo el mundo. Hasta el año pasado se podía decir aquello de "ojalá George R. R. Martin pueda acabar los libros antes de morirse", pero la serie ya los ha adelantado y a partir de ahora va su bola. Se puede cortar la conversación diciendo que no quieres spoilers o puedes decir lo mucho que te gusta Juego de Tronos porque puede morir cualquiera. ¡Ay, ojalá no maten a Jon Nieve!

Lost (ABC): Otra que está en la lista. Aqui es relativamente fácil y puedes dar rienda suelta a ese pequeño troll que albergas dentro de ti. Lo que se lleva es hablar de esta serie para despellejarla. Rasgarse las vestiduras por su final. Puedes rajar abiertamente contra las supuestas cosas que no explicaron. Como por ejemplo de lo de los osos polares, auque sí las contestaran en la tercera temporada. Cuanto más visceral seas mejor, ahora los defensores de la serie somos minoría.

Girls (HBO): Basta con que sueltes cualquier frase grandilocuente sobre Lena Dunham. Que si es una autora completa, que si la voz de una generación, Lena esto, Lena lo otro. Pero es otra de esas series que puedes poner a caldo sin problemas porque forma parte del fenómeno llamado hatewatching que es seguir una serie para rajar de ella. Un dato de nota: el malo de la nueva Star Wars sale en esta serie. Te lo juro.

The Good Wife (CBS): Aquí también vale lo de soltar algo grandilocuente sobre una tal Alicia, su protagonista. Para profundizar más puedes decir que hay un gran spoiler en la quinta temporada que no dices por no chafar la serie a nadie. La frase que puedes soltar y quedar como Dios. "Va más allá de la clásica serie de abogados".

Mad Men (AMC): Gente fumando, bebiendo, con trajes elegantes. Todos hablan todo el rato y no te enteras de lo que pasa. Tranquilo, no pasa nada. Puedes decir algo de la ambientación, el estilazo de todos, el machismo encubierto en una sociedad que no era tan de algodón de azucar como se veía en las películas en Technicolor. Aunque también podrías hacer un esfuerzo y tratar de ir más allá y fijarte en otros detalles, no tanto de lo que pasa, como de lo que no pasa y también de cómo pasa. No lo que se dice, sino lo que no se dice. Obra maestra de la televisión.

The Walking Dead (AMC): Hay tanta gente que odia las pelis y las series de zombies, que aquí no tienes que aparentar nada en caso de no ser fan del género. Todos aquellos a quienes les den asco la sangre y las vísceras te entenderán. Sin embargo, aquí no todo es lo que parece y no es casualidad de que una serie sobre el fin del mundo se haya convertido en una de las más vistas coincidiendo con una de las peores crisis económicas que se recuerdan, donde ha estado en peligro el modelo de Estado. A lo mejor es una gran metáfora de la sociedad deshumanizada en la que nos está tocando vivir.

Scandal (ABC): Esta es una de esas series consideradas como placer culpable. Las ves, estás enganchado, pero jamás lo admitirás en públlco. Ésta puede ser una manera de postureo, rajar contra ella por un lado y devorar sus capítulos por otro. Luego puedes hacer como los Obama que se declaran fans de Scandal (de House of Cards también) y dicen estar enganchadísimos. Esto también me parece todo un postureo, cuando los protagonistas luchan contra una organización ultrasecreta del gobierno estadounidense que tiene carta blanca para matar en nombre de la Seguridad Nacional y sobre la que ni siquiera el presidente tiene ningún control. También es posible que a los Obama les atraiga la historia de amor interracial entre el presidente Fitzgerald Grant y su eficaz señorita arregla-todos-los-problemas Olivia Pope. O tal vez sea cómo el presidente trata de esquivar las conspiraciones del Tea-Party para desalojarle del poder.

True Detective (HBO): Resulta que la primera era oro puro y la segunda, así hablando en plata, una auténtica mierda. A algunos la primera temporada nos pareció buena, aunque vimos algún que otro fallo. Y cuando vimos la segunda y leímos las críticas, tampoco nos pareció que fuera para tanto, como para incluirla en la lista de lo peor del año. El exceso de halagos y la crítica sin piedad de una y otra temporada pueden ser otra forma de postureo.

The Leftovers (HBO): Y para terminar, lo mejor de lo mejor, obra maestra. Pocas críticas negativas encontrarás de esta serie navegando por la red. Sin embargo, el año viene HBO hará la tercera temporada y con ella le dará carpetazo debido a sus bajas audiencias. ¿Esto cómo se come? ¿no era tan buena y resulta que no la ve nadie? A algunos lo que criticaban de Lost, trasladado a una serie de HBO les parece una genialidad. Era una tomadura de pelo que la realidad alternativa de la última temporada de Lost fuera el Purgatorio, pero en cambio es lo más cuando Kevin Garvey aparece en ese extraño concurso televisivo en ese inquietante hotel del Más Allá.

Y esto es todo. Si queréis posturear más os dejo como deberes Vinyl o cualquier serie de David Simon para que aprendais vosotros solitos.