A los pies de los Alpes se encuentra la ciudad austriaca de Salzburgo, una ciudad con un centro histórico Patrimonio de la Humanidad, donde encontraremos la casa natal del autor de la Flauta mágica, Wolfgang Amadeus Mozart.

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Su centro histórico está delimitado por el río Salzach y el Mönchsberg, una montaña que está coronada por la Fortaleza de Hohensalzburg, emblema de Salzburgo. Para subir hasta ella podemos hacerlo en un moderno funicular y recorrerla encontrando varios museos, entre ellos, el Museo de las Marionetas y sobre todo tener dos vistas inmejorables, de un lado los Alpes y del otro, la ciudad que vio nacer a Mozart.

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La Abadía de San Pedro nos espera a la bajada de la fortaleza, junto a la estación del funicular está este recinto con un cementerio muy visitado y recordado por los seguidores de la cinematográfica familia Trapp, al igual que los jardines del Palacio de Mirabell, donde Julie Andrews y los niños cantaban “Do-re-mi”, en la película “Sonrisas y lágrimas”.

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Dejando atrás la Abadía de San Pedro pasaremos por Kapitelplatz camino de la catedral, identificaremos Kapitelplatz por su singular escultura, una esfera dorada a un lado de la plaza conocida como Sphare. La catedral está rodeada por los edificios que fueron residencia del arzobispo, conformando la Residenplatz, una plaza muy concurrida en tiempo de adviento por su mercado navideño y donde seguro que Mozart nos llegará por el oído de manos de músicos de la calle, sin esperar al festival anual de música.

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Getreidegasse, la calle del Grano, es la calle más comercial de Salzburgo y en el número nueve Mozart nos llegará por la vista, ahí está su casa natal convertida en un museo. El pasaje del número treinta y tres depara un lugar al que no sé si acudirán los lugareños pero muchos que visitan la ciudad hacen una parada, es el Balkan Grill, donde se puede comprar un Bosna Grill, que es un pequeño bocadillo de salchichas a la parrilla aderezas con salsas de origen búlgaro.

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También en Getreidegasse nos llegará Mozart por otro sentido, el gusto, en su numerosas tiendas de recuerdos podremos comprar las bolas de Mozart, un bombón de mazapán y chocolate conocido como Mozartkugel y originario de la ciudad.

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Si después de nuestro Bosna Grill y Mozartkugel seguimos con apetito, la cervecería de los monjes Agustinos puede ser un lugar donde saciarlo como un salzburgés más. Situada fuera del centro histórico, para llegar a ella seguiremos el río Salzach, después del puente Müllner, en la margen iquierda y junto a la Iglesia de Mülln encontraremos la Augustiner Bräu. El único requisito que piden es consumir su cerveza, también tienen refrescos, la comida podemos llevarla nosotros o bien comprarla allí. La cervecería tiene varios salones con mesas corridas y una galería con puestos de comida preparada.

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Después de nuestra visita a la ciudad de la sal seguro que nos habremos acercado a Mozart por algún sentido, como mínimo con el gusto, ya que casi nadie que visita Salzburgo deja de probar un Mozartkugel.

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Cómo llegar: al aeropuerto salzburgés llegan vuelos de Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote, Palma y Tenerife, ver enlace http://www.salzburg-airport.com/en/#1133_Destinations La ciudad austriaca está a tan sólo a hora y media en tren de Múnich, una ciudad alemana con aeropuerto al que llegan vuelos procedentes de España.

Fotografías y vídeo de J.Cintas:

1- Salzburgo.

2- Vistas desde la Fortaleza de Hohensalzburg.

3- Abadía de San Pedro y Palacio de Mirabell.

4- Kapitelplatz.

5- Bosna Grill.

6- Casa de Mozart y Getreidegasse

7- Augustiner Bräu

8- Mozartkugel.