La manera en la que los alumnos de l'Alfàs del Pi resuelven sus conflictos escolares, desde hace casi una década, se ha convertido en un modelo a imitar para muchos municipios de la Unión Europea. Sólo el año pasado, en 1º de ESO, los propios jóvenes alfasinos mediaron para resolver 20 conflictos en las aulas, ayudando a resolver casos como bromas pesadas o peleas.

Este proyecto de mediación ha servido para que el municipio se haya convertido en sede del «Centro Internacional de Resolución de Conflictos Alpha, Delta, Pi» dirigido por el profesor Johan Galtung y por cuyas conferencias mensuales han pasado personajes tan relevantes como el juez Baltasar Garzón.

El programa escolar, implantado en el curso 2011-2012 en el instituto L'Arabí, se encarga de formar a los alumnos para que ellos mismos, supervisados por un adulto en periodos como las tutorías, puedan ejercer como mediadores, ayudando a resolver conflictos escolares. Raquel Guerrero, mediadora educativa encargada de la formación, explica que la herramienta cumple una doble función, ya que «ataja y previene, implicando y logrando una gran empatía entre los propios afectados» en cuestiones como rencillas o malos entendidos. Lógicamente, el profesorado realiza, en todo momento, una labor de seguimiento de estos casos.

Según Guerrero, la mayor parte de las rencillas tienen su origen en la etapa de Primaria, por ello el programa se amplió a los tres colegios públicos alfasinos en 2015 (Santísimo Cristo del Buen Acierto, Veles e Vents y Racó de l'Albir).

Para la concejal de Educación, Isabel Muñoz, la mediación no solo previene agresiones, sino que «está ganando peso frente a otras formas de intervención en caso de conflicto», como las medidas disciplinarias tradicionales que cada centro escolar aplica en estas situaciones. Se trata, como detalla Raquel Guerrero, de «ponerse en la piel del otro», trabajando cuestiones como las emociones o la comunicación asertiva. Una vez formados, los mediadores ayudan a los alumnos en conflicto a encontrar «por ellos mismos» una solución a su problema, sin juzgar ni criticar.

Hay que destacar que gran parte del programa se desarrolla en horario extraescolar y de manera voluntaria, lo cual habla positivamente de la implicación del alumnado alfasino; una labor que muchos municipios europeos han reconocido y estudiado. El programa, a través del proyecto financiado por la Unión Europea «Easy towns», fue premiado (tras tres años de trabajo, reuniones y colaboraciones a nivel internacional) el año pasado en Italia. De esta manera, una representación de jóvenes mediadores viajó en septiembre hasta la ciudad de Vicenza y, mediante un cortometraje, convencieron al jurado (entre más de 10 finalistas de diferentes países), de que l'Alfàs es un ejemplo de integración y convivencia entre diferentes nacionalidades.

La medida, que ha evitado sanciones más duras como la apertura de expedientes o expulsiones de alumnos, es sólo la punta de lanza de las múltiples actividades con las que el municipio se ha posicionado estos años como un modelo a seguir a la hora de integrar a las personas en una comunidad en la que vecinos como los noruegos se encuentran perfectamente integrados.