Viajó por primera vez a Benidorm en 1978 y se quedó tan prendado de esta ciudad que la siente casi más suya que su Bradford natal. Por eso, tras décadas enseñando a generaciones y generaciones de niños a hablar español, creyó que éste era un buen lugar para que aquellos chavales conocieran por sí mismos el país donde se hablaba la lengua que estaban aprendiendo. Así, el número de alumnos que venía en sus viajes fue creciendo y creciendo. Y además, explorando nuevos territorios en el propio destino: «Los primeros años nos alojábamos en hoteles del Rincón, pero allí era más fácil encontrar gente para hablar en inglés que en español. Así que buscamos hoteles por el centro del pueblo y llegamos al Maysu, y ya repetimos el resto de años», explicó ayer tras recoger el galardón.

El pleno del Ayuntamiento de Benidorm entregó ayer la «Distinción Europa» al profesor británico Charles M. Wilson, afincado en Benidorm desde 1986 y muy integrado en colectivos y asociaciones del municipio, entre ellas la Asociación Cultural y Recreativa La Barqueta, que representa cada año en el mes de noviembre el Hallazgo de la Virgen del Sufragio sobre la arena de la playa de Poniente y en la que el profesor Wilson ha sido parte activa dentro del elenco. La corporación reconocía con esta distinción no sólo al gran labor de divulgación realizada por Wilson entre las decenas de alumnos que trajo consigo a conocer el municipio en los viajes de intercambio organizados junto a la también profesora Bárbara Alemany, en su día responsable de los estudios de inglés del IES Pere Maria Orts i Bosch, sino también por su apoyo constante a la ciudad con obras como «Benidorm the truth», libro editado por la Generalitat Valenciana que recoge la historia de la ciudad desde su fundación en 1325 y que escribió con el objetivo de desterrar mitos y leyendas negras sobre la capital europea del turismo, muchas de ellas difundidas por sus propios compatriotas para manchar el nombre de Benidorm.

Nacido en 1932, Charles M. Wilson recordó ayer con gran emoción su estrecha relación con benidormenses tan ilustres como el sacerdote Juan Rodríguez y los miembros de La Barqueta Pepe Bayona o Tomás Llorca, todos ellos ya desaparecidos, y también con otros como Paco Llorens, Rosera, o Miguel Ribes Sogorb, con quienes todavía comparte charlas sobre la historia del Benidorm que le acogió a él y a su mujer en 1985 para convertirse en su residencia definitiva.

También colaboró de forma desinteresada con el departamento municipal de Turismo durante 17 años, hasta el año 2009, cuando acabó esta colaboración.

Atención al «Brexit»

En su discurso institucional, la alcaldesa en funciones, Ana Pellicer, destacó del premiado que es «un benidormense más, integrado como pocos en la vida de la ciudad, que es la suya». Igualmente, la edil reafirmó la vocación europeísta de Benidorm y dijo que ahora, a raíz del «Brexit», «el horizonte más inmediato pasa por volver a consolidar el proyecto europeo. Ahora toca recomponer Europa y es la oportunidad de mejorarla haciéndola más segura, justa y solidaria», concluyó.