Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Veneno para curar enfermedades

Terra Natura colabora en la investigación de patologías en humanos y es pionero en la creación y perfeccionamiento de antídotos

Veneno para curar enfermedades

Benidorm cuenta con diferentes parques de ocio que cada año atraen a miles de visitantes de todo el mundo. La parte lúdica, muchas veces, no nos deja ver la otra cara de estas empresas, que, por ejemplo, realizan tareas para lograr la integración de niños y familias en riesgo de exclusión social o en situación de desigualdad, como es el caso de la Fundación Terra Mítica. En otro recinto destinado a la diversión familiar, el parque de naturaleza y animales Terra Natura, una de sus facetas menos conocidas es su colaboración en la investigación de enfermedades en humanos y en la creación, comprobación y perfeccionamiento de antídotos.

Según explican desde el propio parque, «el respeto hacia los animales y la naturaleza y el desarrollo sostenible» ha llevado al equipo de Terra Natura a implicarse de forma altruista en un proyecto científico, destinado fundamentalmente a salvar vidas.

Aunque el recinto de ocio de Benidorm cuenta con una colección de más de 1.500 animales, de 200 especies diferentes (su superficie se divide en cuatro áreas que representan los continentes de América, Asia y Europa, y la zona de Pangea, inspirada en el origen de la Tierra), son los más de 20 ejemplares venenosos los que se utilizan en este tipo de estudios.

Entre los que reptiles que colaboran en distintas investigaciones, destacan la mamba negra, la cobra real, la víbora sopladora, la serpiente de cascabel sudamericana o la víbora de musgo. Estos animales, apoyados por expertos, prestan su ayuda desde el año 2010, colaborando con la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución pública dedicada a estos asuntos en España.

Un proceso delicado

A través de un convenio con el Laboratorio de Venómica Estructural y Funcional del Instituto de Biomedicina de València, un equipo de herpetólogos (expertos en reptiles) extrae periódicamente veneno de reptiles en Benidorm con fines científicos. Para iniciar la extracción de estos líquidos tóxicos, se suele sujetar a los ejemplares por detrás de la mandíbula. Una vez que el animal tiene la cabeza inmovilizada, se fijan sus colmillos sobre un vaso, para que expulse una cantidad de veneno que varía dependiendo de la especie. Con una pipeta de precisión, se traspasa el tóxico a una placa petri para congelarlo y conseguir que llegue en perfectas condiciones a los laboratorios. Una vez en Valencia, se obtienen datos acerca de aspectos como su polivalencia (es decir, si son efectivos contra la mordedura de distintas especies) o la durabilidad de los antídotos con origen en Benidorm. A la hora de obtener la máxima información posible, el CSIC suele analizar las cadenas de proteínas que componen cada muestra de veneno extraído.

Este proceso realizado en el parque de la Costa Blanca entraña bastante riesgo, ya que en algunas especies concretas, como las víboras, sus dientes son móviles y los dedos de las personas que manipulan al reptil suelen quedar muy cerca del animal. En España, tan solo existen unos pocos profesionales que realizan este tipo de operaciones tan delicadas.

Con el fin de que los animales se estresen lo menos posible, estos procedimientos se suelen realizar cada dos o tres meses con cada especie.

Banco de antídotos pionero

En 2016, el parque decidió crear un banco de antídotos que es pionero contra mordeduras de serpiente, convirtiéndose en la única entidad de la Comunidad Valenciana con un repertorio de sueros antiofídicos (productos biológicos utilizados como antídotos en el tratamiento de picaduras o mordeduras venenosas) para especies asiáticas, americanas y africanas.

Lo habitual en los hospitales de la región es contar solo con antídotos para serpientes autóctonas, de ahí que Benidorm sea un área de referencia en este campo.

Una de las últimas investigaciones realizadas con la ayuda de las muestras otorgadas por el parque de Benidorm permitió en enero de 2018, tras más de un año de pruebas, confirmar la eficacia de un nuevo antídoto polivalente contra el veneno de diversas serpientes del continente americano, en colaboración con el Instituto Biológico Argentino.

Esta investigación sirvió, gracias a los aportes de las serpientes, para probar el funcionamiento de un nuevo suero, con una eficacia probada de tres años.

El antídoto con origen benidormense, según explican los expertos del parque, podría ser estable hasta un máximo de cinco años.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats