Philippe Duhamel fue una de las primeras personalidades que apostó porque Benidorm fuera Patrimonio de la Humanidad. En un foro turístico, afirmó que está formado «por un conjunto de rascacielos, único en Europa». Duhamel hizo en 2008 esta firme defensa del modelo Benidorm, subrayando que ha sabido «diversificar sus prácticas turísticas y ha subido un escalón más en su diseño urbano», citando elementos como «sus modernos edificios».