Hablar de resiliencia en el terreno de las ciudades es hacerlo de la capacidad que tienen para reponerse o actuar tras un impacto que las desestabilice; pero también es hacerlo sobre cómo anticiparse a esas incidencias. Esto es lo que quiere Benidorm: adelantarse a los posibles problemas que puedan afectar a los servicios de la capital turística con el fin de evitar que generen una crisis.

Para ello, el Ayuntamiento y el Centro Dinapsis Operation & Lab están colaborando en un proyecto llamado «Resiliencia Urbana» que va a permitir prevenir y resolver de forma más rápida y eficaz cualquier incidencia que afecte al funcionamiento de la ciudad. En la iniciativa, tutelada por Dinapsis, han participado todas las concesionarias.

El objetivo es avanzarse todo lo que se pueda a las consecuencias que una crisis pueda tener sobre la ciudad. Por ejemplo, interrupciones de suministros o cuestiones que afecten a la movilidad. Pero ante todo, lo que quiere el Ayuntamiento es poder «prevenirlas y atenderlas», según explicó el alcalde, Toni Pérez. El primer edil presentó ayer este proyecto junto a los concejales de Seguridad Ciudadana y Agua, Lorenzo Martínez y José Ramón González de Zárate; el director territorial de Hidraqua en la provincia de Alicante, Miguel Ángel Benito; y el director del centro tecnológico Dinapsis, Jorge Ballesta.

En todo el entramado, Dinapsis operaría como un puesto de mando avanzado o un centro de gestión en tiempo real ante una situación de emergencia, «conectando a todos los actores que tengan algo que hacer ante una crisis, sea del tamaño que sea», según explicaron desde Hidraqua.

Pero hay más. Este documento servirá al Ayuntamiento para la mejora y actualización del Plan de Emergencias municipal que se redactó en 2017.

El proyecto de «Resiliencia Urbana» tiene mucho que ver con aquello que lleva a cabo Hidraqua en la capital turística. «Hemos querido aprovechar el conocimiento que tenemos en materia de agua y trasladarlo a otras soluciones que fueran inteligentes», según explicó el responsable. La intención es «aparcar» las respuestas «improvisadas» ante eventualidades que afecten al tráfico, la electricidad, la seguridad o las playas, entre otras. De ello, también saldrán las «prioridades de inversión para el futuro».

Fase de diagnóstico

Por ahora el proyecto ha finalizado la fase de «Diagnosis» o diagnóstico. O lo que es lo mismo, ya se ha constatado la interdependencia de los diferentes servicios que operan en la ciudad. En esta fase se plantearon situaciones de crisis sobrevenidas o incidencias en los servicios públicos para, después, estudiar cómo afectan esos problemas al funcionamiento de una ciudad como Benidorm y a los diferentes servicios que se dan al ciudadano.

Así ya se han planteado cuáles serían las consecuencias y soluciones a aplicar para garantizar la prestación de los servicios básicos ante, por ejemplo, una eventual rotura de la red de agua o una huelga de gasolineras. De ese diagnóstico, explicó Ballesta, «van a salir unos planes de acción» que marcarán a todos los agentes implicados cómo tiene que actuar cada uno de ellos ante esas situaciones; y también unas propuestas de mejora para prevenir esos impactos. Todo ello gestionado y coordinado desde «un entorno virtual vivo» como Dinapsis.