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El calvario para aparcar en Benidorm

Encontrar un aparcamiento privado donde guardar el vehículo es casi misión imposible para los vecinos y los pocos que hay no bajan de 80 euros al mes

El aparcamiento público de la zona de Foietes, donde muchos conductores dejan sus coches. david revenga

Aparcar en el centro de Benidorm se ha convertido en un calvario para vecinos y ciudadanos que cada día acuden a trabajar a la capital turística desde los municipios cercanos. A la falta de plazas de parking para todos en la calle se suma que los estacionamientos privados escasean o su precio hace que haya que rascarse mucho el bolsillo cada mes. Así que aparcar en la zona azul y estar pendiente de que no se pase el tiempo para evitar la multa o dejar el vehículo lejos del casco urbano acaban siendo la solución al problema.

La ciudad cuenta en la actualidad con 30.892 turismos matriculados, según los datos de 2017 recogidos en el instituto Valenciano de Estadística (IVE). A ellos se suman los de aquellos que acuden todos los días a trabajar a la ciudad además de los de los turistas que pasan sus vacaciones en el municipio. En total, miles de coches que tienen que acabar aparcados en algún lugar.

Las opciones en el centro de la localidad, donde se encuentran muchos negocios y oficinas, escasean. Para aquellos que acuden todos los días a trabajar a la capital turística, las plazas de en la calle en zona blanca, es decir, libre de pagar la zona azul, son pocas y el resto tienen estacionamiento regulado. Es decir, que dejar el vehículo cuesta un euros cada dos horas.

Así que si no se encuentra un espacio libre, la segunda opción son los parkings públicos. En ellos, las 24 horas de estancia ronda los 20 euros. Por apenas una hora, el precio alcanza los dos euros en algunos de ellos. Las ocho horas de trabajo de cualquier empleado superan los 15 euros. Por eso, algunos apuestan por alquilar una plaza al mes a pesar de no vivir en Benidorm. Pero no es tan fácil.

Precios entre 80 y 110 euros

En los mismos aparcamientos públicos del centro de la localidad, los precios van desde los 80 a los 110 euros por un estacionamiento. En algunos casos incluso sin ser fijo. Es decir, que si los interesados quieren ahorrarse algo de dinero tienen la opción de adquirir un bono mensual pero sin plaza específica, lo que supone que cada vez que se quiera aparcar habrá que buscar un sitio libre. «Los que tenemos plazas en los parkings tenemos que lidiar con los turistas que vienen al centro en coche. A veces las colas para salir o entrar son largas», indica uno de los usuarios que cuenta con un espacio en uno de los aparcamientos públicos del centro.

La opción de alquilar una plaza a usuarios privados tampoco es mucho mejor. En la red se pueden encontrar anuncios de plazas de garaje en edificios que los propietarios alquilan por precios que oscilan también entre los 80 y 120 euros. Encontrar una del primer precio es casi una hazaña pero conlleva otros inconvenientes: garajes de difícil acceso, plazas estrechas con más de un pilar y espacios en los que apenas cabe un coche. Es más, algunas incluso se alquilan por días o semanas pensando más en el turismo que en los residentes.

«Llevo meses intentando alquilar una plaza y las que encuentro ni siquiera cabe el coche», aseguró a este diario una usuaria. Así que muchos de estos trabajadores que acuden a la ciudad cada día optan por dejar su coche en la zona azul. «Si hago cuentas, al final de mes casi me sale mejor, sólo que el coche está en la calle y no en un lugar cerrado», añadió.

Y es que dos horas de la zona azul cuestan un euro. Al día, con un horario normal de oficina, aparcar puede salir entre 3 y 4 euros que además se pueden pagar a través de la app disponible para la zona azul. Al mes, por 20 días de trabajo, entre 60 y 80 euros. Pero el inconveniente es que hay que encontrar un hueco libre.

Otros optan por dejar el coche a la entrada de la ciudad, como en la zona del Tram, o en parkings como el de Foietes y acudir a pie al centro urbano. Los vecinos no lo tienen mucho más fácil. Aquellos que viven en el centro y su edificio no cuenta con un parking propio también se encuentran con problemas para encontrar un espacio donde aparcar su vehículo.

Parkings disuasorios

Los que pueden ir a pie al trabajo optan por dejarlo en alguna calle que cuente con zona blanca o en alguno de los aparcamientos que existen más alejados y no moverlo en toda la semana excepto cuando hay mercadillo. Los que no, buscan aparcamientos también en los parkings públicos o inmuebles cercanos. El problema es el mismo: escasez de plazas y a precios elevados.

Así que, ante la imposibilidad de estacionar los vehículos, una de las opciones cada vez más extendida es el uso de las motocicletas y, en pocos casos, las bicicletas. En el centro han proliferado las zonas de parking destinadas a estos vehículos. Benidorm cuenta con 3.527 plazas de aparcamiento para motos, según recoge el Plan de Estacionamiento Sostenible (PES), aunque este número también se queda pequeño para la cantidad de dos ruedas que ya circulan por la ciudad.

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