Mariano Rajoy escuchó ayer de primera mano cuáles son las reivindicaciones de las camareras de pisos, conocidas como «Kellys», y lo hizo en el primer encuentro que ha mantenido con representantes de este colectivo en Moncloa. Las trabajadoras fueron recibidas por el presidente del Gobierno después de meses de protestas y concentraciones y consiguieron arrancar un compromiso del máximo representante del PP: una mejora de las condiciones laborales.

El líder del Ejecutivo abrió la puerta a modificar el artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores para prohibir la subcontratación en este sector y a ampliar el catálogo de enfermedades profesionales, dos de las medidas que el colectivo reivindicaba como mínimo. A la reunión, que apenas tenía que durar 40 minutos y se alargó más de dos horas, asistieron cinco representantes del colectivo, entre ellas, la presidenta Miriam Barros, pero con ellas estaban las miles de limpiadoras que forman el colectivo que lleva meses luchando por mejorar sus condiciones de trabajo.

Una de ellas es la portavoz de las «Kellys» en Benidorm y la Marina Baixa, Yolanda García, quien ayer recalcó que «al menos nos ha escuchado y ha escuchado las condiciones laborales en las que estamos». La representante en la capital turística explicó a este diario que aunque no había podido hablar aún con sus compañeras después de un día «intenso» sí que es «bueno que el presidente nos reciba». Ahora tendrán que analizar todo lo dicho y comprobar que Rajoy de verdad haga algo para llevar a cabo sus peticiones que en Benidorm se han oído más de una vez en la calle con las manifestaciones que ha realizado el colectivo que en la Costa Blanca cuenta con unas 4.000 mujeres dedicadas a este empleo.

Dossier y dolencias

Rajoy lanzó la oferta de recibir a las camareras de piso tras escuchar a la senadora de Nueva Canarias (NC), María José López Santana detallar las condiciones de trabajo que tienen las «Kellys». En la reunión de ayer, el presidente recibió de ellas un dossier con documentación sobre la situación laboral del colectivo que, entre otras cosas, denuncia la «explotación» y externalización que sufren. También exigen la regulación de las cargas de trabajo así como el reconocimiento como enfermedades profesionales de algunos problemas de salud que padecen por su empleo.

Barros explicó que Rajoy se mostró abierto a incluir entre las enfermedades reconocidas las musculoesqueléticas, aunque «no tanto» a incorporar las psicosociales, como la depresión y la ansiedad.

En el encuentro en Moncloa, el Líder del Ejecutivo también quedó «impactado» con sus testimonios. Incluso una de las «Kellys» se levantó la camiseta para enseñarle la faja que utiliza para trabajar, debido al esfuerzo físico que conlleva el trabajo: «Tenemos que ir fajadas. La que no va con una codera, va con una rodillera», indicó la presidenta en la rueda de prensa posterior en el Senado.

Reacciones

El encuentro de Rajoy con las «Kellys» provocó ayer también otras reacciones. CC.OO. y UGT enviaron un comunicado conjunto acusando a Rajoy de «instrumentalizar con fines políticos» la precariedad laboral de las camareras de piso y que la reunión «huele más a pacto del PP con Nueva Canarias» de cara a la negociación de los presupuestos. Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lo calificó de «muy buena iniciativa» pero pidió que «no quede en una mera foto, sino que se traduzca en modificaciones legislativas». Con todo, las «Kellys» recalcaron sus años de lucha y que aseguraron que continuarán con sus reivindicaciones.