En la Marina Baixa existen multitud de protectoras y asociaciones que buscan mejorar la vida de los animales. No obstante, tan sólo dos de ellas cuentan con un albergue o refugio propio para acoger a estos seres vivos en busca de un hogar y darles así una segunda oportunidad.

Benidorm y La Nucía disponen desde hace años (1972 y 2006, respectivamente) de este tipo de espacios que dan cobijo, en estos momentos, a más de 400 perros y gatos, aunque llegan a ayudar a especies como murciélagos, chinchillas o vencejos. Sólo en la protectora benidormense, que cuenta con cerca de 13.000 metros cuadrados de superficie, recogieron en 2017 a más de 500 canes y 300 felinos, «un trabajo ingente» (limpieza, mantenimiento de animales, poda de árboles, fumigación?)que realizan solo 4 personas fijas, ayudadas de veterinarios.

En La Nucía, refugio municipal gestionado por la Protectora local, que cuenta con cerca de 150 animales y unos 1.200 metros cuadrados, la situación también es complicada. Belén Núñez, su presidenta, destaca que las épocas de vacaciones, como Semana Santa, son «especialmente delicadas», llegando a recibir desde animales con pedigrí a perros enfermos, física y mentalmente.

Para evitar este tipo de situaciones, ambas Protectoras llaman a la responsabilidad social, sobre todo desde edades tempranas (han realizado campañas en colegios de la comarca) y a la esterilización. En este sentido, solo en Benidorm, ayudados por el Ayuntamiento, se trataron el año pasado a 150 gatos callejeros, lo que está reduciendo las camadas.

Ayuda clave de los voluntarios

Tanto en La Nucía (que cuenta diariamente con 3 trabajadores) como en Benidorm, según explica la coordinadora del centro, Pilar López, los voluntarios juegan un papel fundamental a la hora de ayudar a los animales: «ellos mejoran su calidad de vida, les pasean y les ayudan a socializar». Los ayudantes, sobre todo los más jóvenes, también hacen uso de las redes sociales para intentar que los perros y los gatos encuentren una familia responsable.

Los ciudadanos extranjeros suelen ser también un público concienciado y ambos refugios colaboran con protectoras y adoptantes internacionales, buscando familias en todo el mundo interesadas en adoptar.

Pese a que estos recintos de animales tienen un horario establecido, las protectoras suelen dar servicio durante todo el año. En el caso de Benidorm, existen jaulas para que la policía pueda depositar animales las 24 horas.

Contra el maltrato

Como reivindicaciones, piden que la población tome conciencia de lo que supone adoptar a un ser vivo y exigen endurecer las leyes contra el maltrato. Pilar López pide incluso que el Ayuntamiento de Benidorm denuncie de oficio a los dueños que abandonan, «para que el delito no quede impune». En menor o mayor medida, los consistorios apoyan económicamente y con otros recursos a estas protectoras, que suelen organizar eventos durante todo el año para poder cubrir los gastos que genera el abandono.