La música y los petardos servían esta mañana, como manda la tradición en el día de San José, para desperezar a los festeros. Sobre las ocho de la mañana, las tres entidades de Benidorm, Els Tolls, Rincón de Loix y la Falla Benidorm Centro comenzaban así una jornada maratoniana llena de actos festivos y religiosos.

Ante el intenso día que les esperaba a todos ellos, cada Falla desayunaba con fuerzas (almuerzo normalmente cortesía de las Falleras Mayores de cada entidad); alimentos que servían para coger energías ante las más de 17 horas de actividades que restaban por delante.

Tras desayunar, tocaba ponerse el traje y la mantilla para acudir a la misa en honor al patrón, San José. Cada Falla asistía en hermandad tras los tradicionales pasacalles, que despertaron la mirada atenta de muchos turistas.

Después de los actos religiosos, llegó el momento más esperado por muchos durante la mañana, las estruendosas mascletàs que cada entidad había preparado con mimo y muchos kilos de pólvora.Tras volver a reponer fuerzas en la comida, tocaba mirar con preocupación al cielo.

La lluvia no empañó la fiesta

El multicolor desfile de carrozas pendía de un hilo ante la previsión de lluvias, que finalmente hicieron acto de presencia, sobre todo al final del recorrido. Pese a las precipitaciones, los falleros, acompañados de la Junta Local y otras entidades festeras, partieron desde el Rincón de Loix hasta el centro de la ciudad, repartiendo caramelos y sonrisas, ataviados, eso sí, con mantas y paraguas durante buena parte del desfile. Tras una pausa para descansar y secarse, la noche espera ahora al momento más esperado, tras muchos días y muchas horas de trabajo, la cremà de los monumentos como colofón a una agotadora y mágica última jornada de Fallas en la ciudad.