Años después de abandonar su dilatada carrera política, en Benidorm no hacía más que referirse a «el senador» para saber que se estaba hablando de Miguel Barceló Pérez. Y ayer, después de conocerse su muerte, volvió a pasar una vez más lo mismo: «Se ha muerto 'el senador'», se repetía en los corrillos, y todos sabía de quién se estaba hablando. Identificado con el cargo que ocupó durante más de dos décadas en Madrid al punto de parecer su apodo, Barceló terminó por aparcar sus aspiraciones políticas en la que era su ciudad para lograr aglutinar primero y después apaciguar a la derecha benidormí en un único partido del que saldría con los años un presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, a la sazón su yerno. Y no sería descabellado pensar que, algún modo, todo ello le costó a él un dulce destierro en Madrid donde no sólo consiguió que una butaca de la Cámara Alta tuviera asignada prácticamente su nombre, sino que ésta se identificara con su ciudad, con la capital turística de la Costa Blanca, al punto que tras abandonar la política actividad el sucesor de la misma terminó por ser su nieto.

Miguel Barceló falleció ayer a primera hora de la mañana en su domicilio de Benidorm, en plena playa de Levante. Se fue de forma sorpresiva, sin que nadie pudiera esperar un desenlace en un hombre de una excelente salud. Patriarca de una familia de destacados políticos de la derecha, tenía 94 años de edad y, tras recuperarse de una rotura de cadera que sufrió a finales del pasado año, seguía gozando de un estado de salud bueno, aunque con los achaques típicos de su edad, algo que no le impedían una actividad diaria y mantener una amistad de años y constante con, entre otros, el párroco de la basílica de Santa María de Alicante, Antonio Vivo; con el exvicepresidente de la CAM, Armando Sala; o con el exdiputado Paco Murcia.

La noticia de su fallecimiento sumió de tristeza a amigos y rivales políticos que a lo largo de una larga jornada fueron acudiendo al Tanatorio de La Vila, donde fueron trasladados sus restos mortales como casa doliente. Hoy está previsto la misa fúnebre a las once hora en la iglesia de San Jaime y Santa Ana, en Benidorm.

Infancia

Nacido en Benidorm, pasó la infancia en Barcelona para regresar a su ciudad natal en plena Guerra Civil. Cursó estudios en Madrid y volvió a Benidorm para ejercer como empresario turístico. Era propietario del Hotel Les Dunes, en primera linea de la playa de Levante, junto a otras inversiones inmobiliarias. Su primera incursión en la política fue en el año 1977, de la mano de la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez, llegando a dirigir la gestora de la formación en la ciudad. Seis años más tarde, tras la debacle de UCD, encabezó la lista del Partido Demócrata Liberal a la Alcaldía de Benidorm, pero no salió elegido. Abandonó entonces también esta formación para ingresar en Alianza Popular donde, cuatro años más tarde, también encabezaría la candidatura a las municipales. Allí salió elegido como concejal.

Miguel Barceló tuvo una corta vida como político en Benidorm. Después de la unión de la hasta entonces dividida derecha local, junto a Vicente Pérez Devesa y con la refundación del Partido Popular, dio el salto a Madrid donde fue senador por la provincia de Alicante desde 1986 y lo largo de siete legislaturas.

Dentro de la Cámara Alta, ocupó plaza de secretario segundo y de vicepresidente primero de la Comisión de Relaciones con el Defensor del Pueblo y de los Derechos Humanos. Fue presidente de la Comisión Especial sobre la Manipulación Genética con Finalidades de Producción de Alimentos y vicepresidente segundo de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas del Senado entre los años 1996 y 1999.

Síndico

Finalmente, dejó su cargo como senador popular por la provincia de Alicante en octubre del año 2008. Había ocupado cargos políticos durante cuarenta años. También fue adjunto al Síndic de Greuges de la Generalitat Valenciana entre los años 1993 y 1996 y presidente del Consejo Valenciano del Movimiento Europeo.

Además de su dilatada trayectoria política y de su total adscripción al sector campista, Miguel Barceló Pérez fue el pionero de una de las sagas políticas con mayor número de herederos en Benidorm. Antes que él, su hermano Jaime Barceló Pérez, también fallecido, fue alcalde de la ciudad entre los años 1969 y 1971, aún bajo el régimen franquista. Una de sus hijas, Ángela Barceló Martorell, fue concejal del Ayuntamiento de Benidorm en 1995 y diputada en las Cortes Valencianas. Su otra hija, Rosa, está casada con Eduardo Zaplana, exalcalde de Benidorm, ex presidente de la Generalitat y exministro de Trabajo y portavoz en el gobierno de Aznar, con el que también fue número 3 del PP nacional.

Por último, su nieto Agustín Almodóvar Barceló fue el presidente local de las Nuevas Generaciones del PP, además de senador por la provincia de Alicante desde diciembre del año 2008, cuando tomó el relevo de su abuelo en el cargo. Con su pérdida muere una forma de entender la política.