Salas de profesores convertidas en clases, aulas de música dedicadas a dar otras asignaturas y sin una biblioteca donde estudiar. Esta es la situación actual del CEIP Vasco Núñez de Balboa de Benidorm donde llevan más de tres años con cuatro aulas clausuradas lo que ha obligado a redistribuir el espacio. Las clases se cerraron después de que aparecieran grietas en ellas que caba año se hacen más grandes mientras las obras prometidas por la Conselleria de Educación para rehabilitar el centro no llegan.

Así que ayer, los padres y madres de los alumnos, junto a ellos, decidieron dar un paso más y protestar a las puertas del centro escolar con pancartas en las que se podía leer «pelearemos duro por un colegio seguro», «tanto papeleo me suena a cachondeo» o «que empiecen ya las obras y no nos deis las sobras», entre otras.

La concentración se convocó unos días antes por el AMPA del centro, como ya publicó este diario, y está prevista que se repita la próximo semana el lunes y martes. Todo hasta que alguien aclare a los padres cuándo van a poder tener un colegio en condiciones. Y es que, según explicó la presidenta del colectivo, Sandra de Vega, estaba previsto que comenzaran los trabajos en mayo. Sin embargo, según la representante, los técnicos de la Conselleria de Educación han realizado una modificación del proyecto de última hora que podría verse afectada por cambios en la legislación. Así que temen que pase un curso más sin las mejoras.

El Vasco Núñez de Balboa se construyó en el año 1975 y se hicieron varias ampliaciones pero sin ninguna obra de rehabilitación o reforma. En 2009 la Generalitat anunció un proyecto que contemplaba la posibilidad de derribarlo y construir en su lugar un nuevo colegio. La previsión era empezar las obras tras el curso escolar 2009-2010, pero las mismas nunca llegaron a realizarse.

En aquel momento ya comenzaron a verse grietas en las paredes del colegio. En 2014, el mal estado de algunas de estas instalaciones y los desprendimientos registrados, obligaron a clausurar cuatro aulas y reubicar a sus alumnos en otras zonas del edificio y cerrar también la antigua casa del conserje. Ante la situación del centro, el Ayuntamiento de Benidorm quiso incluirlo en el Plan Edificant pero Educación le dijo que no lo hiciera porque ya estaban en marcha los trabajos de rehabilitación.

Clases en los pasillos

Desde ese momento, el caos para poder organizar las clases ha sido constante. Según las fuentes consultadas por este diario, se han tenido que habilitar salas de profesores como aulas, la clase de música se utiliza ahora para uno de los cursos, la de audiovisuales para otro y no tienen biblioteca por la misma cuestión. Pero además, según los padres, los alumnos han llegado a dar clase en los pasillos cuando han tenido que desdoblar aulas para dar otras asignaturas, lo que hace el día a día muy complicado.

Así que cuando ya tenían la esperanza de que las obras comenzaran en mayo, las noticias que les llegaron les hacen pensar que se retrasarán otra vez más. Sin embargo, fuentes consultadas por este diario aseguran que las obras siguen su camino y que, tras unos trámites necesarios, la licitación de las mismas llegará a tiempo para cumplir con el plazo dado.

Con todo, las protestas de ayer no son las primeras que lleva a cabo el centro. En 2016 se concentraron para exigir la retirada de un tejado de uralita que cubre el gimnasio y el comedor de esta escuela. Finalmente, fue el Ayuntamiento de Benidorm quien realizó la retirada del mismo.