Un palo para la economía local y un freno a las inversiones y el empleo. El fin del «abierto total» impuesto por la Generalitat a partir de este domingo a los dos municipios de la Marina Baixa que gozaban de libertad comercial -Finestrat y l'Alfàs del Pi- ha caído como un jarro de agua fría para las grandes superficies comerciales implantadas en el polígono finestratense y también para su Ayuntamiento. El alcalde de esta localidad, Juan Francisco Pérez (PP) mostró ayer su preocupación por las consecuencias que esta restricción pueda acarrear sobre el empleo y sobre las inversiones, dado que, hasta ahora, la posibilidad de abrir todos los domingos y festivos representaba un aliciente para la atracción de grandes marcas hacia el bulevar comercial.

Y también de compradores. Porque las firmas de este enclave, tanto las ubicadas dentro del centro comercial como los grandes supermercados como Carrefour o las tiendas de tecnología o artículos para el hogar, se habían convertido en un importante foco de atracción de público dominical. «Venía gente a comprar de la Marina Baixa pero también de l'Alacantí y de Alicante ciudad», explican desde el sector comercial. A partir de este domingo, todos los establecimientos estarán ya obligados a cerrar.

El primer edil de Finestrat reconoció ayer estar «totalmente en contra» de esta modificación de la Ley del Comercio autonómica, que sigue considerando a la localidad como Zona de Gran Afluencia Turística pero restringe a 40 días la apertura de domingos y festivos. Finestrat tiene convenios firmados con muchas de las grandes firmas que están allí implantadas para que un porcentaje de sus contratos vayan a parar a vecinos del pueblo: «Y ahora, lógicamente, si tienen que cerrar más días, despedirán a gente», trasladó Juan Francisco Pérez. Asimismo, el regidor popular destacó que «muchos jóvenes del pueblo que están estudiando en la universidad, trabajaban los fines de semana en estas empresas y se sacaban un dinero; u otros han tenido oportunidad de acceder a su primer empleo por esta vía y ahora ya no van a tener esa oportunidad».

El político del PP cargó contra el Consell, especialmente contra Compromís, al considerar que «han querido aplicar un dogma político e ideológico sin mirar al interés general» y dijo que «un político que se dedica a prohibir en lugar de a buscar soluciones, es un político mediocre». A su juicio, «en lugar de preocuparse por legislar para favorecer la conciliación o el empleo de calidad, han preferido prohibir y, llegados a este punto, sólo queda por preguntar qué pasa con los camareros, con los panaderos, con los cines o con otras muchas profesiones que trabajan en domingo y a las que parece que a nadie les importa si tienen o no conciliación».

Por último, lamentó que los comercios de Finestrat «ya no abrirán este domingo, pero esas mismas tiendas seguirán el domingo vendiendo por Internet. Y, al final, los perjudicados somos nosotros».