Las aguas potables de Altea ya están limpias. Ayer, el Ayuntamiento emitió un bando firmado por el alcalde Jaume Llinares anunciando que se había recibido «comunicación de la Dirección General de Salud Pública, por la que se determina la mejora de la calidad del agua de suministro domiciliario en Altea».

En base a esto, el alcalde resolvió «levantar la prohibición de consumo de agua domiciliaria para la bebida y preparado de alimentos, quedando por tanto alzadas las prohibiciones establecidas».

La turbidez del agua en Altea ha durado tres días, mientras que el año pasado estuvo prohibido el uso del agua desde el 20 de diciembre de 2016 al 14 de febrero de 2017. Los días de lluvia de este año han sido muy inferiores al de 2017 en el mismo periodo, y la falta de una potabilizadora de agua en el municipio es la que hace que el agua salga turbia, lo que restringe su uso para el consumo humano.