La Dirección General de Salud Pública ha declarado el agua potable de Altea como «no apta para la bebida y preparado de alimentos». La restricción también afecta a la fuente del polideportivo municipal. El resto de fuentes municipales y el agua de las urbanizaciones Serra Bèrnia y Altea la Vella sí se pueden beber.

A través de un bando de urgencia, el alcalde, Jaume Llinares, ha comunicado a la población que ayer lunes se recibió la instrucción del departamento de Salud en la que se declara el agua de abastecimiento de Altea «no apta para el consumo».

El Ayuntamiento también ha informado que los análisis de agua realizados este martes confirman que la turbidez del agua «está por encima del límite» permitido para la zona del casco urbano y que «por eso se ha decidido restringir el uso de agua en esta zona».