La futura supresión del aparcamiento del paseo marítimo que quiere llevar adelante el equipo de gobierno de Altea dentro de la segunda fase de rehabilitación del frente litoral del casco urbano entre la playa de L'Espigó y el puerto pesquero está levantando ampollas en la población. Ayer por la noche se celebró una reunión participativa en la Casa de Cultura con la asistencia de la mayoría del equipo de gobierno municipal y cerca de un centenar de ciudadanos interesados en conocer los motivos por los que, con toda seguridad, se eliminará el aparcamiento, acción contra la que están numerosos vecinos de Altea, sobre todo muchos hosteleros y otros empresarios de la primera línea.

La edil de Urbanismo, Imma Orozco, explicó que esta fase de rehabilitación del frente marítimo tiene dos vertientes: la marítima que llevará a cabo el Ministerio de Medio Ambiente, y la terrestre que correrá a cargo del Ayuntamiento. Orozco indicó que «el ministerio nos ha propuesto ir de la mano en estos dos proyectos para reducir costes» y aseveró que es «un momento histórico para Altea porque supondría parar la regresión costera». Orozco reconoció que «es una cuestión sensible mover bolsas de aparcamiento». En este sentido aseveró que «es una oportunidad de recuperar los usos públicos de la primera línea», y añadió que el Ministerio de Medio Ambiente «nos ha dicho que no va a construir una playa para coches». Por lo que el Ayuntamiento «ha previsto construir un aparcamiento subterráneo en la calle san Pedro».

Algunos de los vecinos presentes mostraron su disconformidad a la supresión del actual aparcamiento y solicitaron «que se haga una revisión del proyecto, ahora que todavía estamos a tiempo». Por su parte, el edil de Infraestructuras, Roque Ferrer, indicó que también está previsto construir otro aparcamiento en la Plaza Filarmónica, «que dará servicio a la primera línea, el centro urbano y el casco antiguo».