Las calles de Relleu han vuelto a llenarse este sábado de vecinos y visitantes con motivo de la fiesta de Sant Antoni del Porquet, en la que se rememora la ancestral tradición de la matanza del cerdo. Cientos de personas han participado de una celebración en la que se revive en parte una práctica que en el pasado permitía a muchos habitantes del medio rural disponer de carne y embutidos durante todo el año, y que suponía al mismo tiempo todo un ritual social.

La fiesta comenzó a celebrarse tal y como es ahora hace sólo 18 años, pero ya ha conseguido convertirse en todo un acontecimiento destacado en la Marina Baixa en torno a la festividad de San Antón, y está considerada además desde 2016 de Interés Turístico Provincial. La carne llega a Relleu ya preparada por parte de matarifes profesionales y cumpliendo todos los requisitos que marca la normativa sanitaria, pero sí se llevan a cabo en la localidad acciones propias de la matanza como como el chamuscado, el corte adecuado, el cocinado del producto o la elaboración de embutido.

La jornada suele comenzar con el volteo de campanas y cuenta además con otras actividades como una demostración de pilota valenciana y, ya al caer la tarde, en el encendido de hogueras en las que se asa el embutido. La carne se reparte además entre los asistentes. Este sábado, tal y como viene siendo habitual desde que se puso en marcha esta celebración, no han sido pocos los que han querido participar de una tradición que sirve también de encuentro para muchos oriundos de Relleu que residen normalmente fuera del municipio, de una forma un tanto paralela a las reuniones familiares que llevaba aparejadas antaño la realización de la matanza.