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Benidorm hace sus playas más accesibles

La ciudad instala pasarelas de hormigón para facilitar el paso de personas con muletas o sillas de ruedas hasta las zonas habilitadas para el baño

Benidorm hace sus playas más accesibles

Playas más accesibles para consolidarse como un destino adaptado a un mercado turístico que crece a un ritmo del 1,2 por ciento al año. El Ayuntamiento de Benidorm no quiere perder el tren de la accesibilidad y se ha puesto manos a la obra para hacer que sus arenales sean un espacio mucho más transitable para las personas con movilidad reducida. Para ello, esta semana se han iniciado unas obras dirigidas a mejorar el desplazamiento de los usuarios que requieren de muletas o sillas de ruedas desde el paseo hasta la zona habilitada para el baño en la playa de Levante, como ya se hizo meses atrás en el punto de playas accesibles del Parque de Elche, en Poniente. Una vez finalizados estos trabajos, el objetivo será convertirse en uno de los primeros municipios en lograr el certificado de Accesibilidad Universal, según la normativa UNE 170001:1-2, en toda la franja costera.

Los trabajos tienen un coste cercano a los 25.000 euros y consistirán principalmente en la sustitución de las antiguas pasarelas y plataformas de madera de este punto por otras de hormigón, un material mucho más resistente a las inclemencias meteorológicas y que requiere de menor mantenimiento. Pero, sobre todo, que facilita el desplazamiento de personas con necesidades especiales en materia de movilidad, dado que se evita el riesgo de roturas o astillamientos en la madera, como explicó el concejal de Playas, Lorenzo Martínez. Además, también se incorporarán otras mejoras en las zonas de sombra, etc.

Los tres puntos de playas accesibles con los que cuenta Benidorm están abiertos durante once meses al año, en lo que en su día fue un servicio pionero en todo el litoral de la Comunidad y que ha sido imitado por muchos otros municipios. En ellos no solo se facilita el baño de personas con alguna lesión o discapacidad que les impide caminar, sino también a usuarios mayores con dificultad para andar y que, de otra manera, no podrían volver a experimentar la sensación de bañarse en el mar.

Más allá de la silla anfibia

Ahora bien, los servicios de accesibilidad que presta Benidorm en sus playas van todavía más allá. En el verano de 2016, el Consistorio incorporó también en una zona de Poniente un sistema que ayuda a las personas invidentes a adentrarse en el agua, compuesto de diferentes elementos dotados de señales acústicas que hacen que el usuario tenga total autonomía y pueda estar en contacto permanente con el socorrista, garantizando así su seguridad.

Todos estos elementos, así como las obras para eliminar barreras en el entramado urbano, tienen un objetivo claro: hacer una ciudad más «amable» para sus vecinos con cualquier tipo de diversidad funcional pero también para sus turistas. Ya que, en términos turísticos, este segmento abarca un mercado potencial cercano a los 180 millones de turistas en el ámbito de la UE y es uno de los que más rápido crece en todo el mundo.

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