Si el payaso Miliki levantara la cabeza, probablemente podría elegir al Hospital Comarcal de la Marina Baixa para volver a hacer resonar su archiconocida pregunta «¿Cómo están ustedes?». El departamento de salud de la comarca ha finalizado un proyecto que perseguía desde hace meses para separar las Urgencias de Pediatría de las generales y, de esta manera, evitar que los pacientes más pequeños tengan que convivir en un mismo espacio con adultos que acuden al Hospital con patologías graves o en situación crítica, por ejemplo, tras sufrir un accidente de tráfico o un fallo vital. El proyecto, que se incluye dentro del plan de humanización sanitaria desarrollado por la Conselleria, ha permitido también convertir la nueva zona de Urgencias pediátricas en lo más parecido a un circo, donde conviven equilibristas, malabaristas, gigantes, e incluso una carpa para dar la bienvenida a todos los niños y hacer más agradable su estancia.

La nueva zona de Urgencias pediátricas es una de las últimas fases de un proceso de reconversión más amplio que se ha llevado a cabo en el área hospitalaria de atención urgente desde el pasado mayo, encaminado a mejorar el servicio que se presta a la población. Principalmente, porque la puerta de Urgencias ha sido históricamente una de las más colapsadas del centro y donde más patente se hacía la falta de espacios para atender a los pacientes en buenas condiciones. Esta reconversión ha traído aparejada, entre otros, la puesta en marcha de un nuevo sistema de triaje, la creación de una UPI (la unidad de preingreso, que comenzó a funcionar la pasada semana) y la creación de un espacio exclusivo para los más pequeños, que incluye una entrada y una sala de espera propias, tres boxes y pasillos para comunicar con el resto del hospital sin necesidad de que los niños enfermos tengan que presenciar situaciones que muchas veces pueden ser traumáticas o desagradables, como explicó ayer la gerente del departamento, la doctora Rosa Louis Cereceda.

Para poner en marcha esta zona, además de trasladar algunos servicios internos del área de Urgencias, como por ejemplo la puerta de admisión, el Hospital se puso en contacto con la facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández, cuyo campus está en Altea, para solicitarles un proyecto que pudiera servir para decorar las salas. Y el encargo fue a parar a la profesora Inma Mengual y la estudiante María Laudes, que han participado en proyectos similares en otros hospitales de la provincia, entre ellos, en la planta de Oncología pediátrica del General de Alicante o en la de Pediatría del de Dénia.

Ambas se han encargado de diseñar todos los vinilos diseminados por pasillos, boxes, sala de espera, techos, paredes o aseos; de pintar las banderitas que recorren de una punta a otra el pasillo principal o de colocar otros elementos decorativos que invitan a los niños a jugar, como un espejo cóncavo en la zona de espera, una diana con pelotas de velcro o una línea recta para andar sin desviarse, entre otros.

Cofinanciado

La apertura de esta zona ha sido cofinanciada entre el propio Hospital, que ha costeado las obras para habilitar el nuevo espacio, y el Ayuntamiento de l'Alfàs del Pi, que ha sufragado los 4.000 euros necesarios para decorar las salas. «Buscamos a alguien que nos lo pagara y el Ayuntamiento de l'Alfàs nos brindó toda su colaboración, lo cual agradecemos mucho», manifestó ayer la gerente del Hospital.