De todas las poblaciones de la comarca, Benidorm es una de las que se mantiene más estable en las nuevas cifras del padrón. La capital turística apenas ha aumentado en 189 residentes en un año, pasando de los 66.642 en 2016 a 66.831 en 2017. Sin embargo, las intenciones del Ayuntamiento eran otras: aumentar el número de vecinos para ingresar más del Estado.

Para ello, el pasado mes de septiembre se lanzó una campaña para intentar llegar a los 70.000 empadronados en tres meses; es decir, hasta principios de este año cuando se dan las cifras oficiales de población. Además se quería parar la bajada de los últimos años en los que se pasó de 73.768 en 2013, a 69.010 en 2014, y a 69.045 en 2015.

La intención era mejorar su financiación ya que el 75% de los tributos del Estado se distribuye en función de la población de derecho. Así, en la liquidación practicada por el Estado en 2015, el Ayuntamiento ingresó cerca de 15 millones de euros, de los cuales 11,5 están vinculados directamente al padrón de habitantes que en esos momentos era de algo más de 69.000 personas.

Así que, con la cifra actual recogida en el INE, la ciudad vuelve a quedarse lejos de esa barrera de los 70.000 habitantes.