Poco más de una semana ha necesitado el Ayuntamiento de Benidorm para acabar con todo rastro de las antiguas casas de maestros del colegio público Leonor Canalejas, ubicado en pleno centro de la ciudad. El Consistorio inició el pasado 26 de diciembre el derribo de este bloque del complejo escolar, después de que la Conselleria de Educación delegara en él estos trabajos para echar abajo la edificación, cuya estructura contaba con serios daños que habían obligado a clausurar el ala en septiembre del curso pasado por motivos de seguridad.
Tras el cierre de este bloque del colegio, donde estaba la cocina y el comedor escolar, así como otros servicios relacionados con la educación y el empleo, como la sede de la Agrupación Local de APAs o el Vivero Municipal de Empresas, el Consistorio había demandado a Educación en reiteradas ocasiones ejecutar el derribo, que ahora ha asumido con fondos propios, destinando a estas labores algo más de 70.000 euros.
Meses atrás, acordó con la comunidad escolar que los trabajos se llevarían a cabo durante las vacaciones de Navidad, con el fin de entorpecer lo menos posible la normalidad en las clases. Ayer, los operarios de la empresa contratada ya habían retirado por completo todos los escombros mientras que otros obreros contratados por Conselleria construían el vallado del solar resultante, para separarlo del patio y evitar que los alumnos puedan tener acceso al mismo. El objetivo es que el mismo esté finalizado para que el lunes puedan retomarse las clases con total normalidad.
El Ayuntamiento ha solicitado ahora adherirse al Plan Edificant del Consell para construir en este solar un nuevo bloque escolar y que después se lo reintegre la Generalitat.
