Una promesa más, relativa al Centro Cultural de Benidorm, que cae en saco roto. El proyecto faraónico diseñado, hace ahora una década, por el Consell de Francisco Camps para la capital de la Costa Blanca continúa enquistado pese a los esfuerzos del actual ejecutivo autonómico de Ximo Puig por desbloquearlo. Los distintos obstáculos que se han ido encontrando por el camino el Ayuntamiento de la ciudad turística y la Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV) -empresa pública, dependiente de la Generalitat, responsable de la citada infraestructura- para retomar los trabajos han sido los responsables de que, finalmente, las palabras de Puig sobre el fin de la primera fase del proyecto no se hayan materializado. Y lo que es peor, que por ahora tampoco hay fecha sobre la mesa para reiniciar la actuación.
Pero para llegar a comprender el origen de este nuevo retraso hay que remontarse al año 2007. Época dorada de los grandes proyectos del ejecutivo autonómico de Camps. El Consell licita las obras para dotar por fin a Benidorm de un Centro Cultural, que permitiera crear un nuevo espacio en la ciudad turística para el turismo de congresos y aumentar las dotaciones públicas para las asociaciones de la localidad. Entonces, el Ayuntamiento, también gobernado por el PP, otorga al Consell el derecho de superficie del suelo donde se levantará la infraestructura, una parcela calificada como «demanial», es decir, de titularidad pública y para uso o servicio público. Y, con base en este acuerdo, arrancan los trabajos.
Cuatro años después, en 2011, la asfixia que sufren las arcas autonómicas paraliza las obras. La Generalitat no tiene liquidez y el proyecto se queda parado, dejando una imagen deplorable en pleno centro turístico de la ciudad. Un enorme esqueleto de hormigón termina presidiendo durante un lustro el cruce entre la avenida Europa y la calle Ibiza, en plena «zona guiri». Cinco años después, la SPTCV comienza a desprenderse de activos y reserva 12 millones de euros para retomar los trabajos. Pero es entonces cuando tanto desde la administración local y la autonómica se encuentran con que el acuerdo sobre el que se desarrolló el proyecto, que ahora debe ser renovado para retomar los trabajos a plazos y no del tirón como se había previsto de forma inicial, se efectúo además con ciertos fallos de carácter legal.
«Al tratarse de una parcela demanial, el Ayuntamiento debería haber hecho una concesión demanial del terreno y no dar al Consell el derecho de superficie del suelo», apuntaron fuentes de la SPTCV consultadas por este diario. De ahí que al sentarse a la mesa a negociar las condiciones para retomar el proyecto, Consistorio y Generalitat se vieran obligados a retocar también la base del convenio y no solo los detalles sobre las distintas fases del proyecto, que de entrada se iba a efectuar del tirón. «Hemos tenido que subsanar esa parte del acuerdo y transformar el derecho de superficie en una concesión demanial», señalaron desde el ente autonómico, que al igual que el Ayuntamiento de Benidorm está a la espera de que el Consell Jurídic Consultiu (CJC) emita un dictamen favorable a la modificación pactada hace seis meses -cuando fue aprobado en pleno- y retomar así las obras en el Centro Cultural.
«Se trata de un informe preceptivo que debe hacer el CJC de forma previa a la firma del nuevo convenio», señaló a preguntas de este diario el director general de SPTCV, Antonio Rodes. «Hasta ahora el CJC había sido más ágil. Esperamos que antes de que concluya el año apruebe en sesión ese dictamen y se pueda firmar ya el nuevo convenio», indicó el máximo responsable de Proyectos Temáticos.
Plazos
Hay que tener en cuenta que una vez dado este paso, Ayuntamiento y Consell podrán firmar ya el nuevo convenio y será entonces cuando el arquitecto de la SPTCV realice el nuevo diseño, que incluirá la primera fase del proyecto. No obstante, si toda va según lo previsto, la intención de Proyectos Temáticos es comenzar los trabajos previos a la primera fase durante el primer semestre del próximo año. «Hay que realizar obras previas a la primera fase. Se tratan de actuaciones de subsanación, que podrían empezar en un mes», adelantó Antonio Rodes.
