Han pasado más de siete años desde que las máquinas echaran abajo el conocido edificio Ánfora de La Cala de Finestrat, un inmueble que durante casi 40 años había ocupado el dominio público marítimo terrestre de forma ilegal. En el solar que dejó el derrumbe estaba proyectada una plaza pública para el disfrute de los vecinos. Ayer, por fin, comenzaban los trabajos para que ese proyecto sea una realidad en apenas unos meses y acabar con el entuerto urbanístico que duró décadas.

Las máquinas podían verse ayer ya sobre el terreno. El solar de cerca de 900 metros cuadrados que dejó el edificio en primera línea de playa y una parte de la calle que llegará hasta allí pasarán a convertirse en un espacio público. El proyecto corre a cargo del Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Costas, quien licitó el mismo por cerca de 250.000 euros.

Tras varios escollos administrativos, las obras por fin han dado comienzo y con ellas se pretende rehabilitar la parcela con dos objetivos: recuperar el dominio público terrestre y urbanizar la parcela recuperada, según se recoge en el proyecto al que ha tenido acceso este diario.

La zona pública se pavimentará y delimitará con un «murete». Las obras se van a llevar a cabo en varios niveles empezando por la parte inferior donde se creará esa plaza a la altura del paseo marítimo existente, a pie de playa.

Una rampa accesible

La actuación contempla además la sustitución de las actuales escaleras por las que se accede a la calle Torremanzanas por una rampa dividida en dos tramos que ayude a salvar ese desnivel de 11 metros y dé accesibilidad a la zona y eliminar las barreras existentes, según el mismo documento. En ese tramo, a media altura, se construirá también un mirador desde donde se podrá ver toda La Cala.

Para terminar, el proyecto también refleja una solución para la pared medianera que dejó el edificio Ánfora con el inmueble colindante y que presenta «un feo aspecto». En ese punto se ha planteado, para «minimizar» esa cuestión, colocar tres jardineras escalonadas «a diferentes alturas» con árboles y arbustos.

El pavimento que se usará en la plaza en sí y en la nueva rampa dará unidad al conjunto. Para ello, se usarán «adoquines de hormigón» en diferentes tonalidades. La obra se rematará con mobiliario urbano como bancos y farolas. Una pérgola con bancos de madera rematará el conjunto junto a banco corrido de piedra y madera que lindará con el espigón de las rocas del final.

El plazo de ejecución contemplado es de seis meses pero, según las fuentes consultadas por este diario, la intención es que sea una realidad antes de Semana Santa. Es decir, que la temporada turística comience teniendo ya disponible este espacio público.

Años de espera

Tras la demolición del edificio Ánfora en abril de 2010, que se llevó a cabo con fondos del Plan E, varias han sido las ocasiones en que el gobierno de Finestrat ha reclamado al Ministerio de Medio Ambiente que llevara a cabo las obras de esta plaza pública. El actual alcalde Juan Francisco Pérez ya pedía a finales de 2015 la infraestructura después de haber tenido varias reuniones con Costas. El proyecto sufrió entonces una modificación: no incluiría un nuevo espigón y ampliación de la playa pero mantenía la inversión y el resto de elementos.

Hace unos meses, Pérez volvía a exigir al Ministerio de Medio Ambiente y a la Dirección de Costas que finalizara el proyecto de recuperación y remodelación del solar que está por fin en marcha. Con todo, lo más probable es que la nueva plaza llevará el mismo nombre con el que hasta ahora se la conocía: la plaza del Ánfora.