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Benidorm

Educar con perros de rescate

Bomberos enseñan a los más pequeños normas de convivencia o cómo comportarse en el monte con canes de la patrulla especial como protagonistas

Recoger la basura del monte, ayudar en casa a los padres o atender a una persona mayor que lo necesita. Los efectivos del parque de Bomberos de Benidorm se han propuesto que los más pequeños aprendan normas de convivencia y educación de una forma diferente: a través de los perros de la Unidad Canina de Rescate del Consorcio Provincial.

Para ello, las instalaciones de Benidorm se convierten cada cuatro días en un centro escolar improvisado donde acuden grupos de alumnos para ver en primera persona cómo es el trabajo de estos canes, pero también, cómo hay que comportarse en determinadas ocasiones. Ayer, fueron una treintena de niños de primero y segundo de Primaria del colegio Gabriel Miró quienes acudieron al parque comarcal. Allí les esperaban «Buddy» y «Zara», dos de los perros de esta unidad canina junto a sus guías José Luis Moreno y Fernando Ginés.

Bomberos del parque de Benidorm enseñan a los niños normas de convivencia con la ayuda de la Unidad Canina

Bomberos del parque de Benidorm enseñan a los niños normas de convivencia con la ayuda de la Unidad Canina

La primera pregunta a los niños fue clara: para qué usan los bomberos a los perros. Las respuestas en ese momento fueron de las más variadas, pero alguna dio en el clavo, para rescatar personas. Pero estos canes hacen mucho más.

Y es que los más pequeños aprenden sin casi darse cuenta normas básicas de convivencia y respeto. Así, entre las primeras acciones que mostraron los bomberos estuvo la de ver como «Buddy» recogía varios restos de basura, como una lata o una botella, y los tiraba a un cubo. Mientras, su guía indicaba a los niños que en el monte no hay que tirar la basura al suelo. Con la acción de traer un móvil que suena o un elemento de limpieza, el bombero explicó a los más pequeños que tienen que ayudar en casa o atender a los mayores.

Moreno explicó a este diario que con esta charla práctica, «los niños aprenden educación o cómo ayudar a los más mayores». El uso de los perros «les hace prestar más atención que si sólo se lo explicamos». La intención es hacerles llegar que «si el perro me hace caso a mí, ellos también pueden hacer caso a sus padres».

Y así fue. Durante la mañana, los escolares no dejaron de estar pendientes de los dos canes, de cómo subían o bajaban escaleras o cómo seguían un rastro para encontrarlos. Todo ello, sin perder la atención a los consejos que les daban los efectivos de bomberos.

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