Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Urra: «Hay un hilo conductor entre acoso escolar, agresiones paterno-filiales y violencia de género»

Javier Urra ofreció ayer en el salón de actos del Ayuntamiento de Benidorm la conferencia inaugural dentro de la Semana de la Educación en la que se aborda el tema del acoso escolar

Javier Urra: «Hay un hilo conductor entre acoso escolar, agresiones paterno-filiales y violencia de género» david revenga

Responda al título de su conferencia. ¿Es posible una escuela sin acoso?

No. (Y antes de abordar el tema del acoso quiero dar las gracias a quienes me invitaron cuando tenía 20 años a dar mi primera conferencia en Benidorm, en el centro de educación especial «Doble amor»). En mi opinión la violencia se puede minimizar, pero no erradicar. El ser humano es agresivo, es un animal capaz de lo mejor, de la solidaridad, de la generosidad, pero también del holocausto y de matar a los propios hijos o de violar a una mujer entre cinco hombres. El acoso escolar se engloba en otro conjunto de la sociedad.

¿Es un fenómeno nuevo?

Siempre ha existido. Antes, los niños en el colegio nos pegábamos, pero había una ética de grupo y alguien en un momento determinado paraba la pelea. Ahora cuando alguien pega a otro el grupo lo graba con el móvil e, incluso, hay alguien que dice «mátalo», en tono de broma, aunque yo no tengo tan claro ese tono. Ahora existe un problema añadido que son las redes sociales. Antes las víctimas de acoso escolar lo eran en clase, pero ahora la burla se reproduce también en las redes sociales y el acoso dura las 24 horas del día los siete días de la semana. El ciberacoso es terrorífico.

¿Cómo afrontarlo?

Uno de los principales problemas es que los adultos no somos conscientes del dolor, del miedo del niño. Los niños viven del juicio de valor de los iguales y cuando son acosados, su autoestima se hace papilla. La receta es educar, imponer sanciones a quienes infringen dolor a otros y ayudar a las víctimas. Las mujeres son educadas para «ser para los demás» y el hombre para «ser para nosotros mismos» y hay que hacer una revolución en ese sentido. La educación la estamos haciendo muy mal porque al final sacamos del colegio a la víctima de acoso y la victimizamos dos veces. Los profesores muchas veces niegan la evidencia por miedo a los padres del agresor y estas cosas hay que cortarlas de raíz. De hecho, hay un hilo conductor entre el acoso escolar, las agresiones paterno-filiales y la violencia de género.

¿Es imposible revertirlo?

El niño agresor es un niño fuerte, «mafiosete», que se hace respetar y sus padres suelen conocer su actitud -muchas veces porque el ejemplo de los padres explica la conducta del hijo- y se ponen de perfil, igual que el resto de escolares que buscan evitarse problemas. No hay que confundir mofa con broma. Lo que hay que hacer es enfrentarse a ellos y dar el suficiente liderazgo a los profesores para que frenen estas actitudes. He tardado mucho tiempo en saber que el que hace sufrir tiene que saber qué es el sufrimiento, no se trata de torturar a nadie, pero sí de que se pongan en el lugar del otro.

¿Y la víctima es recuperable?

Hay que darles ayuda, facilitarles habilidades sociales, enseñarles a relacionarse mejor, aunque en una sociedad donde el ejemplo es el alcohol, las drogas, la baja cultura... cambiar la escuela sin cambiar la sociedad es bastante difícil.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats