Fuego, luz y pólvora. Las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm llegaron ayer a su fin con un espectacular Castillo de Fuegos Artificiales. La playa de Poniente fue el escenario de este imponente acto que marcó el fin de los días grandes de 2017.

A las 21.30 horas se oyó el primer disparo que anunciaba el inicio del espectáculo de luz y color que contó con 888 kilos de pólvora que hicieron vibrar la calles y a los asistentes.

El Castillo de este año prometía. Y es que se llevaba días anunciando que iba a contar con novedades respecto a otros años. La Pirotecnia Valenciana había preparado tres partes del disparo desde el agua, por lo que las palmeras y dibujos de los petardos se extendieron más allá de la arena de la playa despertando la ovación del público que estaba viendo el espectáculo desde varias zonas.

21 minutos

El puerto de Benidorm o la parte alta del Castillo fueron sitios privilegiados para seguir la serie de cohetes y pólvora de colores que llenaron el cielo. Pero también desde el paseo de Poniente, la Cala o algunas zonas de Levante se podían ver los fuegos artificiales.

Durante 21 minutos se iluminó la capital turística con una gran variedad de las conocidas como palmeras de varios colores.

Las series de colores que acababan en gran estruendo también fueron protagonistas además de las palmeras de varios colores desde el mar. El Castillo de Fuegos Artificiales acabó a un ritmo trepidante y con muchos estallidos seguidos que fueron despertando poco a poco el aplauso del público que ya había mostrado su satisfacción en alguna de las pausas que hizo el disparo.

Cuando terminó este acto, las frases más repetidas fueron: «espectacular», «muy bonito» o «glorioso». Pero no sólo «in situ» tuvo mucho público. La Comissió de Festes, como estuvo haciendo durante todos los días festivos, retransmitió el Castillo de Fuegos en directo desde la red social Facebook donde lo siguieron centenares de personas. Muchas de ellas esperando el colofón de las fiestas ya que ayer miércoles, la mayoría de benidormenses ya habían vuelto al trabajo y no pudieron seguir los actos en la calle.