Incapaces de contener las lágrimas y cargados de flores. Así circularon durante más de tres horas miles de devotos de la Mare de Déu del Sofratge durante la tradicional Ofrenda de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm, que tuvo lugar la tarde de ayer, en la que se rinde culto a la Patrona de la ciudad turística. Se trata de uno de los actos más emotivos de las celebraciones en el que cada año participan miles de personas, entre festeros y devotos, para engrandecer todavía más si cabe a la Virgen.

Así, pasadas las 18.30 horas, un reguero de peñistas tomaron las calles más emblemáticas del centro de la ciudad para ofrendar a su Patrona. La comitiva, encabezada por los miembros de la Asociación Cultural y Recreativa La Barqueta, partió desde el parque Parque de Elche y tras atravesar el Paseo de la Carretera, la Alameda del Alcalde Don Pedro Zaragoza Orts y la calle Mayor, llegó hasta la plaza de San Jaime y Santa Ana donde se iban amontonando los ramos para la Virgen del Sufragio. De la misma forma, en el momento de la entrega, comenzaban a brotar las primeras lágrimas de los ojos de los miles de devotos que profesan su fe a la Mare de Déu.

Durante el desfile los blusones de los peñistas se entremezclaban con los atuendos más tradicionales de aquellas festeras que optaron por lucir el traje típico de la mujer benidormera o los que decidieron salir en la Ofrenda con la marinera, una casaca típica de la localidad. Cerca de las 22.00 horas llegaron a la plaza de Sant Jaume los últimos devotos y, tras estos, las reinas y sus cortes de honor junto a los mayorales y las autoridades locales se acercaron para hacer su ofrenda a la Mare de Déu. Entre los asistentes a la tribuna de invitados se encontraba el diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví.

Procesión

Los actos religiosos continúan mañana copando el programa festero. Así, el plato fuerte del día será la procesión para honrar a la Patrona que arrancará a las 19.00 horas desde la calle Mayor hasta terminar otra vez en la Iglesia de Sant Jaume y Santa Ana.