? La polémica por la apertura de un nuevo rastro lleva coleando desde hace más de tres años. Cuando se anunció este mercadillo, los comerciantes de Benidorm pusieron todo su empeño en evitar su apertura y cargaron contra el proyecto desde el minuto cero al considerar que se trataba de un rastro que afectaba a los intereses de sus asociados. Una calificación que la mercantil rechazó al explicar que venderían exclusivamente antigüedades.