La situación de la estación de autobuses de Benidorm es la misma que hace unos meses: suciedad acumulada y desperfectos en varias zonas. En definitiva un estado de abandono que puede durar más de lo que se pensaba. Y es que el entuerto de la situación administrativa en la que está sumida esta infraestructura con el empresario Enrique Ortiz hace que el Ayuntamiento no pueda entrar a limpiarla y adecentarla de forma conveniente.
Así lo afirmaron fuentes municipales a este diario, quienes explicaron que el estado en el que se encuentra la concesión de esta infraestructura básica para el turismo no les permite tomar la decisión de actuar en el edificio sin comprobar si pueden hacerlo.
En el mes de julio Ortiz, quien aún cuenta con la concesión de la estación de autobuses a pesar de tener dos sentencias en contra, rompió las negociaciones que estaba llevando a cabo con el Ayuntamiento de Benidorm para decidir cómo legalizar el complejo, rescindir la concesión que tiene en sus manos y sacar de nuevo a concurso esta infraestructura. La consecuencia no fue otra que la opción del empresario de pedir una indemnización millonaria, de hasta 75 millones, al considerar que el consistorio no estaba cumpliendo con su parte.
Todo este conflicto que viene de lejos tiene una consecuencia que está a la vista de todos: la dejadez en el mantenimiento y la limpieza del edificio que sirve de puerta de entrada a miles de turistas al año.
Tras conocer las intenciones del empresario,el grupo socialista presentaba una moción al pleno para que el Ayuntamiento tomara las riendas y le hiciera un lavado de cara al edificio y sus alrededores. Una propuesta que fue rechazada en el pleno del mes de agosto y que pretendía pasarle la factura al empresario alicantino. A cambio se incluyó la enmienda presentada por Compromís-Los Verdes para informar jurídica y técnicamente, inventariar todos los desperfectos, comunicar al concesionario su obligación de limpiar y reparar todos los daños, e iniciar el correspondiente expediente sancionador por no mantener la estación.
Pero de aquello ha pasado más de un mes y la infraestructura presenta el mismo aspecto o peor que lleva teniendo desde hace años. Cuando se accede a pie desde la calle, los desperfectos en escaleras y otros elementos son visibles.
Pero entrar dentro no es muy diferente. Cristales rotos en las barandillas y en las paredes, paneles en el techo que se caen a trozos, suciedad, vegetación olvidada y unos turistas que se asombran por la dejadez que hay en este edificio. Además, las escaleras mecánicas funcionan un día sí y un día no y los ascensores siguen la misma suerte. Los baños también muchas veces no funcionan.
A la espera de los informes
Pero el Ayuntamiento está atado de pies y manos por ahora. Para poder actuar en la estación de autobuses y darle la apariencia que la capital turística merece tiene que tener claro qué puede y qué no puede hacer debido a la situación administrativa en la que se encuentra ahora mismo con Ortiz y la necesidad de sacarla de nuevo a licitación.
Fuentes municipales explicaron a este diario que son los técnicos los que deben valorar cuál es la mejor opción para adecentar el edificio que, a pesar de todo, sigue en manos del empresario alicantino. Por lo que el Ayuntamiento está a la espera de tener todas las claves para entrar y llevar a cabo ese lavado de cara tan necesario.
«No se puede entrar de forma subsidiaria y pasar luego la factura» al concesionario, alegaron. El proceso es mucho más complejo y se está buscando la solución más adecuada.
Con todo, desde las filas socialistas recordaron hace unos días al gobierno local el compromiso adquirido hace más de un mes en aquel pleno. El PSOE quiere ver la estación limpia y en perfectas condiciones y que esté lista antes de la campaña turística de Navidad.
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