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El chiringuito clausurado en La Vila recurre en los tribunales

El dueño presenta un contencioso administrativo contra el Ayuntamiento por decretar el cierre - El local recibió quejas vecinales e informes que alertaban del incumplimiento de la concesión

El chiringuito ubicado en la playa Varadero de La Vila lleva desde el 31 de agosto con las puertas cerradas y un precinto que impide el paso. Un mes después, el propietario de este local aún no ha podido acceder para poder realizar las reformas oportunas que le permitan seguir con su actividad. Por ello, ha decidido acudir a los tribunales y presentar un contencioso administrativo contra el Ayuntamiento y el cierre provisional decretado por éste.

El consistorio vilero ordenó esta medida debido a los incumplimientos del pliego de la concesión que otorgó la Dirección General de Costas a la empresa. La clausura llegaba después de las numerosas quejas de los vecinos, así como informes policiales que recogían varios aspectos que incumplían lo estipulado en el pliego de condiciones para este local ubicado en dominio público marítimo-terrestre.

El establecimiento recibió una notificación a mediados de agosto de que tenía 15 días para subsanar aquello que incumplía lo estipulado en ese pliego, pero «vinieron y cerraron el local y no pude hacerlo». El día 31, sin haberse cumplido esas dos semanas, el Ayuntamiento precintaba el chiringuito. Así que hasta que ese cierre provisional «no se levante» no se puede llevar a cabo ninguna reforma.

Unos días más tarde, el propietario de la concesión presentó un contencioso administrativo en un juzgado de Alicante, según la documentación a la que ha tenido acceso este diario, contra la «resolución de Alcaldía para la clausura del restaurante ya que considera que «no es justa».

Así, el dueño de la concesión apuntó a este diario que «cuando se nos ha llamado la atención por diferentes aspectos siempre hemos parado», afirmó el dueño quien recalcó que hacía tiempo que se había dejado de usar la terraza de uso público como parte del restaurante, que era una de las quejas que presentaron los vecinos ante Costas.

Lo cierto es que este chiringuito ya nació con polémica. Cuando se dio la concesión, «nos pusieron muchos problemas» e incluso «nos tocó ir a los tribunales para que el Ayuntamiento nos diera la licencia de obra».

Con todo, apuntó que el cierre del local a finales de agosto supuso una pérdida económica importante, además del trabajo de ocho personas directas y todos los indirectos, ya que «quien lo explotaba no ha podido acabar la temporada».

Por todo ello, el dueño de la concesión asegura que, si le dan la razón, «pediremos que se nos compense». Así, esperan poder abrir pronto si se levanta el precinto para «subsanar» todo lo necesario y seguir con esta actividad en la playa Varadero.

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