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Benidorm

Diez años ganando calle a los coches

La ciudad ha transformado en una década una treintena de viales del casco antiguo al suprimir el tráfico rodado y apostar por la peatonalización

La obra más reciente es la de Tomás Ortuño, donde el Ayuntamiento va a invertir ahora 700.000 euros para prolongar la peatonalización. DAVID REVENGA

Menos espacio para los coches, más para el peatón. El Ayuntamiento de Benidorm ha peatonalizado cerca de una treintena de calles en la última década, una fiebre por la circulación de personas por los viales que ha transformado por completo la imagen y la vida en el casco antiguo de la ciudad y otras zonas colindantes, como el barrio del Calvari o la calle Gambo, donde hace apenas diez años era impensable que los coches se borraran por completo de este céntrico vial. Pero así fue.

Ayer, coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, el Ayuntamiento organizó una ruta por el centro para poner de relieve la historia de algunos de estos viales y las modificaciones que se han sucedido en ellos desde su urbanización.

Las obras para hacer peatonal la calle Gambo junto a las de la Alameda, inauguraron en el año 2008 una «declaración de guerra» a los coches que se extendió después por todo el casco antiguo, suprimiendo la circulación, por ejemplo, de calles como Pintor Lozano, Purísima Concepción, Carmela Martínez, Mayor, Metge Pérez Martorell -antigua Ricardo- o Quatre Cantons. De ahí, la pelota pasó al Calvari, donde en el año 2009 se invirtieron 3,9 millones de euros para renovar por completo once pequeñas calles -San Roque, La Palma, El Molí, Palangre, Trasmallo, La Biga, Asunción, Olivos, Naranjos, La Parra y la plaza de Las Viñas- y limitar el tránsito de vehículos única y exclusivamente a los residentes con aparcamientos privados en la zona.

Un simple vistazo a fotos tomadas ocho, nueve o diez años atrás, hace que el espectador se sorprenda de cómo eran antes y cómo son ahora cada una de estas calles. Algo que también ocurre con otras transformadas hace escasos meses, como por ejemplo los tramos que unen las del Mercado y Tomás Ortuño hasta la altura de La Garita, que son peatonales desde el pasado febrero.

Apolo XI, los paseos de Levante y Poniente o la calle Gerona son otros de los viales que también se han cerrado al tráfico. Y en algunos de ellos, como ocurrió en La Alameda, la peatonalización ha traído aparejada una reconversión del tejido comercial, para dar paso a la aparición de terrazas o nuevos establecimientos de ropa, de alimentación, etc.

Los planes municipales pasan por seguir expandiendo es-ta fiebre por peatonalizar más allá del «cogollo» urbano. De hecho, ya hay dos proyectos en firme sobre la mesa: la prolongación de la peatonalización de Tomás Ortuño hasta Limones, en fase de licitación y con una inversión prevista de 730.000 euros; y la semipeatonalización de Doctor Pérez Llorca, paralela a Gambo y donde se van a invertir 470.000 euros.

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