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El equívoco de la calle con el mismo nombre en Benidorm y Finestrat

Las personas que buscan la oficina de la Policía para obtener su tarjeta de extranjero en la capital turística acaban por error en el municipio vecino

Un lío de denominación que lleva a la confusión de muchos usuarios para llegar a la Oficina de Extranjería david revenga

Realizar cualquier tipo de trámite siempre lleva mucho tiempo y esperas, pero si la calle donde se encuentra el espacio para realizarlos es la misma en dos municipios, la equivocación está asegurada. Es lo que ocurre con una vía en Benidorm y en Finestrat con el nombre: «Callosa d'en Sarrià». En ella, en la capital turística, se encuentra la oficina para la obtención de la Tarjeta de Identificación de Extranjeros de la Policía Nacional.

Esta oficina está situada en la avenida Callosa d'en Sarrià de Benidorm, sin embargo, en la página web de la institución, aparece la palabra «calle» en vez de «avenida», lo que provoca que los gps manden a los usuarios a la vía con ese nombre en La Cala de Finestrat, una calle sin salida en la que sólo hay chalés y un edificio al final. Pero aún hay más. En «google maps», la calle de este último aparece como que se encuentra en Benidorm por lo que, con un mapa en la mano, también es confuso para los usuarios. En definitiva, un equivoco de apenas una palabra que hace que los extranjeros acaben buscando esta oficina en Finestrat, tanto a pie como en coche.

Vecinos como guías

Y aunque esta equivocación parezca pequeña, causa más de un quebradero de cabeza a los que quieren arreglar sus trámites y papeles. Cuando llegan a esta calle sólo encuentran un edificio de vecinos donde no hay ningún cartel más que el del nombre del inmueble. Es en ese momento cuando los interesados vuelven a coger el gps para ubicarse, pero nada.

Son los vecinos de la finca quienes tienen que atender a estas personas prácticamente a diario para explicarles la situación. «Suele venir gente en coche que busca la extranjería y se queda parada cuando ve que aquí sólo hay un edificio de apartamentos». explica uno de los residentes.

«Es peor con los que llegan a pie que a veces han cogido incluso un autobús para llegar aquí y no entienden nada», añade otro vecino que ha guiado a más de un extranjero. A la confusión se suma que algunos no hablan ni siquiera español y que muchos van con la hora justa antes del cierre por lo que ese día ya no llegan a hacer sus trámites.

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