El Regulador de Gestión de Reclamaciones británico (Claims Management Regulator-CMR) ha privado de su licencia a la empresa Allsure, con sede en Preston (Lancashire), por gestionar reclamaciones falsas, informó ayer la Embajada del Reino Unido en España en un comunicado.

El organismo británico, que pertenece al Ministerio de Justicia, ha suspendido a dicha empresa por «animar a los viajeros a inventarse o adornar síntomas de enfermedades gástricas para obtener una indemnización». Se trata de la más reciente de una serie de medidas severas adaptadas por el Gobierno británico contra reclamaciones fraudulentas por enfermedad contraída durante las vacaciones, para acabar con ellas.

La información recopilada por los agentes del CMR -que regula a las empresas que ofrecen su ayuda a particulares para obtener indemnizaciones por daños personales o venta indebida de productos financieros- ha revelado que Allsure también utilizaba argumentos comerciales engañosos, en los que se exageraban las cantidades para persuadir a los consumidores.

Tras la investigación iniciada en febrero, se descubrió que Allsure había infringido las normas de conducta en sus llamadas a consumidores para comercializar las indemnizaciones por enfermedades contraídas en las vacaciones, al hacer reclamos falsos o infundados e intentar enseñarles para que dieran las respuestas indicadas y cumplir los criterios exigidos para formular una reclamación.

Como consecuencia de esta conducta, se ha anulado la licencia de la empresa, con lo que ya no podrá ofrecer sus servicios regulados de gestión de reclamaciones a nuevos ni actuales clientes, ha explicado la embajada en la nota.

El jefe del CMR, Kevin Rousell, aseguró que el organismo adoptará «medidas firmes contra empresas de reclamaciones que incurran en conductas graves» y que «no se va a tolerar la conducta de fomentar la interposición de demandas fraudulentas».

Después de que el sector turístico haya mostrado su preocupación por el repentino aumento de reclamaciones interpuestas a los seguros por turistas británicos con motivo de enfermedades gástricas como intoxicaciones alimentarias contraídas durante las vacaciones, el Gobierno británico «se ha tomado este asunto muy en serio». El Ejecutivo británico ya en julio pasado intervino para reducir los incentivos en metálico derivados de interponer reclamaciones falsas contra los tour operadores, que, de acuerdo con estas propuestas, desembolsarían una cantidad preestablecida, dependiendo del valor de la reclamación, permitiendo, así, que se pueda predecir el coste de defender una reclamación.