Su presencia se había reducido de una forma tan drástica que costaba encontrarlos sobre la arena. El incremento de la presión policial en las playas y paseos marítimos de Benidorm, tras los recientes altercados entre la Policía Local y los vendedores ambulantes de bebidas vendedores ambulantes de bebidasy tras los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, borraron en las dos últimas semanas prácticamente del mapa a los «mojiteros» que durante todo el verano habían campado a sus anchas, de un lado a otro de los arenales. Hasta ayer.

Pese a que el operativo policial continúa siendo constante, los clanes de «mojiteros» volvieron a reaparecer en algunos tramos de la playa de Levante, para aprovecharse de la buena fe de los turistas y hacer negocio vendiéndoles, principalmente, cócteles y preparados como mojitos, sangría o zumos exóticos, en su mayoría elaborados de cualquier manera y sin demasiado control higiénico-sanitario, según han constatado fuentes policiales. No en vano, este diario pudo ver ayer, al menos, a media docena de vendedores con sus bandejas llenas de vasos, un dato que también corroboraron los agentes de la Policía Local encargados de mantener la seguridad en las playas, quienes lanzaron un aviso a navegantes: «Han dado unos días de tregua, pero ayer y hoy -por jueves y viernes- se les está volviendo a ver en algunas zonas».

La percepción de hosteleros y turistas, de momento, no es la misma. «Hace muchos días que no se les ve, diría que semanas, pero no me extraña, porque hay tanta Policía que no tienen por dónde escapar», afirmó ayer al mediodía la camarera de una heladería ubicada frente a la playa, mientras preparaba un crep para uno de sus clientes. Y como ella opinaron varios colegas de distintos tipos de negocios, que aseguraron no ver a estos clanes «desde hace muchos días».

Ahora bien, aunque su regreso está pasando bastante desapercibido estos primeros días, los empresarios y camareros consultados coinciden en una cosa: nadie creía que fueran a desaparecer definitivamente para lo que queda de verano. «Creo que será algo puntual, porque es verdad que desde que pasó lo de Barcelona hay mucha más Policía y lo tienen todo más controlado, pero cuando se relaje un poco el ambiente, volverán seguro. Este es un negocio redondo para ellos», dijo el encargado de atender la barra en uno de los pubs de la playa.

Como ya contó semanas atrás este diario, una veintena de «cuberos» la emprendió a golpes hace tres viernes con la Policía Local y dejó a cinco agentes heridos de distinta consideración. Tres de estos vendedores fueron detenidos por presuntos delitos de atentado a la autoridad y lesiones y el juez dictó su ingreso en prisión provisional sin fianza para todos ellos.