Tras años de promesas, anuncios, pruebas, recogida de datos, inversión tecnológica y elaboración de una normativa, el próximo mes de septiembre puede ser, por fin, el mes en el que el Ayuntamiento de Benidorm ponga en marcha un sistema para controlar la asistencia y el cumplimiento horario de todos los trabajadores municipales. Así lo confirmaron ayer fuentes del departamento de Recursos Humanos, que confirmaron que el sistema de control se iniciará en fase de pruebas, de cara a que su uso se convierta en obligatorio a lo largo de octubre.
Aunque el gobierno local, formado por PP y CBM, tenía intención de poner en marcha este registro mucho antes, los retrasos burocráticos lo han impedido. Principalmente, por lo que se refiere al reglamento consensuado con los sindicatos en la mesa general de negociación, que todavía sigue sin aprobarse de manera definitiva al estar en fase de alegaciones hasta el próximo lunes, día 28.
Por el momento, hay dos reclamaciones presentadas, que provienen de dos de las centrales sindicales con representación municipal: el CSIF y Comisiones Obreras. El responsable del departamento de Personal, Lorenzo Medina, explicó que la alegación del CSIF tiene que ver con el hecho de que la ley no obliga a las administraciones a controlar de ninguna manera la asistencia de los empleados públicos, aunque, según Medina, «tampoco le impide hacerlo». Por eso, el jefe del área avanzó que esta estimación, a buen seguro, será desestimada por los técnicos.
La segunda alegación, presentada ayer mismo por CC OO, plantea que, si en el cómputo total de horas trabajadas a final de año el saldo para el funcionarios acaba siendo positivo, esas horas que haya trabajado de más se compensen como si se tratara de horas extraordinarias. Esto es, bien pagándolas; bien sustituyéndolas por el doble de horas en días libres, como indicaron ayer los portavoces de esta sección sindical.
Todo listo desde hace meses
Los planes del departamento de Recursos Humanos, que dirige el concejal Jesús Carrobles, pasan por resolver las alegaciones a lo largo del mes de septiembre, aprovechando la fase de pruebas, y llevar la aprobación definitiva del reglamento al pleno de final de mes, con el objetivo de que en octubre ya no sea opcional, sino obligatorio, sellar con el dedo al entrar y salir del trabajo.
Técnicamente, ya sería factible. De hecho, el Ayuntamiento instaló hace meses los 24 dispositivos de lectura de huella en distintos edificios municipales, para que los trabajadores comenzaran a familiarizarse con ellos.
Una vez que comiencen a operar, los funcionarios de Recursos Humanos controlarán de manera exhaustiva que sus compañeros cumplan con la jornada laboral. A excepción de empleados concretos, como la Policía Local que tiene distintos turnos, el horario con carácter general se iniciará a las 7.45 horas y finalizará a las 15.15. No obstante, para facilitar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, se contempla una flexibilidad horaria al inicio y fin de la jornada -de 7.30 a 9 y de 15 a 16.30 horas- siempre que se cumplan unos requisitos. Entre ellos, que el trabajador esté en su puesto de trabajo de 9 a 14 horas, como exige la Ley.
