«Basta ya». Este fue ayer el grito unánime que decenas de limpiadoras de hotel de Benidorm y la Marina Baixa pronunciaron ayer al unísono en la ciudad turística para denunciar la precariedad laboral que sigue implantada en el sector de la hostelería. La plaza de la Hispanidad, en pleno centro urbano, se convirtió en escenario de una cadena humana organizada por las «kellys» para recitar una por una, públicamente, las condiciones en las que trabajan la mayoría de mujeres que componen la cuota de camareras de piso: libranzas de un solo día por semana; sobrecarga de trabajo; no reconocimiento de muchas de sus dolencias como enfermedades laborales; externalización; contratación por menos horas de las que trabajan de forma efectiva; o salarios que en muchos casos podrían tildarse de «miseria», como ellas mismas afirmaron.

Yolanda García, portavoz de este colectivo de mujeres en la ciudad, fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a las reivindicaciones, a las que después se sumaron otras compañeras para dar ejemplos o contar casos reales a los que se enfrentan estas trabajadoras en su día a día. Entre ellos, las «kellys» llegaron a relatar cómo los partes de trabajo de algunas limpiadoras en plena temporada alta pueden llegar a alcanzar entre 25 y 27 habitaciones, con hasta 82 camas para mujeres con contratos de 5 horas diarias.

«No nos representa»

Uno de los puntos en los que este colectivo hizo especial hincapié fue en desvincularse por completo del nuevo convenio provincial de hostelería, pactado por la patronal y el sindicato UGT a finales del pasado mes de junio y que se opuso a sellar CC OO. A juicio de las «kellys» dicho convenio no sólo no pone fin a la externalización del servicio de limpieza en los hoteles, como el colectivo viene reivindicando, sino que además continúa consintiendo esta práctica, al fijar la obligatoriedad de que las trabajadoras externas cobren el mismo salario que las del hotel, pero sin establecer ningún mecanismo de control de este punto ni de sus condiciones laborales.

La concentración, que se repitió en otras ciudades turísticas del país, coincidió con aniversario de la primera protesta del colectivo.