Dos «cuberos» detenidos el pasado viernes tras protagonizar una batalla campal contra la Policía Local de Benidorm fueron enviados ayer a prisión acusados, entre otros, de presuntos delitos de atentado contra la autoridad y de lesiones. Así lo acordó ayer el juez responsable del juzgado de guardia, quien, según confirmaron distintas fuentes, dictó el ingreso en prisión provisional sin fianza para los dos arrestados, padre e hijo y miembros de uno de los clanes que controlan la venta ilícita de bebidas en las playas de la ciudad. Ambos pasaron ayer a disposición judicial tras permanecer retenidos desde el viernes: el padre, en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional; el hijo, en el área de observación de Urgencias del Hospital Comarcal de La Marina Baixa, de donde fue dado de alta el pasado domingo y dirigido a los calabozos de la Policía Local antes de su traslado ayer a los juzgados.

A ellos se sumó también ayer un tercer detenido, otro vendedor ambulante y miembro de este mismo clan que estaba siendo buscado por la Policía desde que tuvo lugar la trifulca del viernes y que no fue localizado hasta ayer, cuando los agentes lo identificaron en la puerta de los juzgados y procedieron a su arresto. Como en los dos casos anteriores, el motivo de la detención fue su participación en la agresión a los policías locales.

Los hechos tuvieron lugar a las puertas de uno de los fines de semana de mayor ocupación turística del verano, en mitad del paseo de la playa de Levante, cuando ésta se encontraba atestada de público. Agentes del grupo de Playas de la Policía Local procedían a hacer una inspección rutinaria contra la venta no autorizada de mojitos, refrescos y otro tipo de bebidas sobre la arena, cuando dieron el alto a varios miembros de uno de los clanes que se reparten el negocio en las playas benidormenses. La actuación la iniciaron una pareja de policías que, tras detectar su presencia, acudieron a intervenirles la mercancía y se encontraron con una fuerte resistencia por parte de los «cuberos», según relataron distintas fuentes. La tensa respuesta de los vendedores llevó a los agentes a pedir el refuerzo de otros compañeros, hasta que al final la media docena de agentes desplazados hasta el lugar acabó siendo rodeada por cerca de una veintena de vendedores ambulantes, que se abalanzaron contra ellos y les propinaron golpes, hasta el punto que algunos policías tuvieron que emplear sus pistolas eléctricas para reducir a los «cuberos», según reconocieron el mismo día de los hechos desde el área local de Seguridad Ciudadana.

El enfrentamiento se saldó con cinco policías heridos, con golpes y contusiones principalmente, de los cuales una agente todavía sigue de baja médica. Además, otros dos «mojiteros» también acudieron a Urgencias tras la pelea requiriendo asistencia médica, que también necesitó uno de los detenidos.

Ni rastro en la playa

El refuerzo policial acordado por la Jefatura de la Policía Local y la Concejalía de Seguridad Ciudadana tras los altercados del viernes, con numerosos agentes motorizados y a pie, ha hecho que durante el pasado fin de semana y ayer, lunes, apenas hubiera ni un solo vendedor ambulante de bebidas en la playa de Levante. Así lo pudo corroborar este diario y lo confirmaron policías, bañistas y empresarios de la zona, que no se aventuraron a opinar si su ausencia será definitiva o sólo momentánea.