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Nueve meses de embarazo con un océano de por medio

El edil Medina y su pareja, Javier, ultiman los trámites para viajar a México, donde a partir del día12 está previsto que nazca su hija Itzae, «regalo de Dios» en maya

El suyo no ha sido un embarazo al uso. Aunque desde el primer día han puesto todo de su parte para romper la distancia que separa Benidorm del estado mexicano de Tabasco y sentir el embarazo de su futura hija como si fuera propio. Ahora, a pocos días de emprender viaje a México para el nacimiento, ultiman todos preparativos con los nervios propios de cualquier padre primerizo. Pero en su caso, además de preocuparse de que no falte nada en la canastilla, también le suman el resto de trámites burocráticos para no encontrarse con ninguna sorpresa una vez que regresen a España, a finales del próximo mes, ya con su primogénita en brazos.

El nombre elegido para la pequeña, Itzae, resume en una sola palabra todo lo que han vivido. «Es un nombre maya, porque queríamos que la niña mantenga sus orígenes mexicanos», explica Medina. Pero hay más. ¿Saben qué significa? «Regalo de Dios en maya, porque eso es lo que ella es para nosotros, el mejor regalo que Dios nos podía dar», agrega con brillo en la mirada. No es para menos.

Estos días están en la recta final de un proceso que iniciaron hace más de tres años, cuando decidieron aumentar la familia. «Empezamos viendo el listado de países que daban esta posibilidad de tener hijos a través de la gestación subrogada. Hicimos trámites en Ucrania y en India, pero se frustraron. Después seguimos investigando. En Estados Unidos era imposible, porque un proceso de este tipo oscila entre los 120 y los150.000 euros; después está Inglaterra, Bélgica, Grecia... y lo que más nos convenció fue México. Así que en febrero de este año nos casamos y aprovechamos la luna de miel para ir a dejar muestras genéticas, preparamos el contrato de gestación con una de las clínicas que hay allí y aquí estamos, a las puertas de ser padres», relata.

En ese país, según explica, las clínicas que realizan este tipo de reproducciones ofertan «paquetes» que van «de los 25.000 euros a unos 50.000 lo que ellos llaman "embarazo seguro"». Entre toda la gama de gestaciones posibles, ellos optaron ser padres de más de un hijo, para lo cual disponen de una mujer como donante de óvulos, -«así los niños serán hermanos de madre»-; y dos gestantes, «una a la que se introducen óvulos con esperma de mi marido y otra que lleva los míos. Aunque al final, los padres somos los dos», explica. Y el proceso, para el que tenían tres posibilidades, parece haber sido certero: además de Itzae, cuya gestación salió adelante a la primera, ahora les han confirmado un segundo embarazo por parte de la otra gestante, que en los dos intentos anteriores no había prosperado.

Dudas e inquietudes

Una de las cosas sobre las que ya no albergan dudas es que serán buenos padres. «Cuando nos planteamos tener hijos, inmediatamente nos hicimos esa pregunta: "¡Ostras! ¿Será una actitud egoísta? ¿Cómo van a vivir estos niños la homosexualidad de sus padres?". El miedo existió, claro, pero al final llegas a una conclusión: los padres homosexuales hemos tenido que enfrentarnos a muchas cosas ancladas aún en esta sociedad y hemos luchado mucho, incluso para tener a nuestros hijos. Sabemos que podrán vivir situaciones en las que otro niño les pueda hacer algún comentario sobre sus papás, pero yo creo que el nivel de madurez de estos menores es superior, puesto que son niños que se crían en una mayor libertad y menos perjuicios, porque sus padres ya hemos luchado contra los que había hacia nosotros. Hay miles de estudios que dicen que los hijos de padres gays o lesbianas no tienen ningún problema distinto al que pueda tener cualquier otro niño que sea hijo de una pareja heterosexual: el niño que tiende a deprimirse, se deprime; al que lleva gafas, lo pueden criticar porque lleve gafas; el que está un poquito más gordo o más flaco, por lo mismo... ¿Que nuestros hijos al principio pueden chocar? Pues igual que las primeras mujeres divorciadas o madres solteras; recuerdo que hace 30 años esas cosas eran un escándalo y ahora están totalmente normalizadas. A un niño, lo importante es darles cariño, afecto y una buena educación en valores, y nada de eso tiene sexo».

También añaden «sinceridad». «Tenemos claro que nuestra hija nos preguntará un día quién es su mamá. La idea es contárselo todo y mantener el contacto con la gestante, porque ella nos eligió a nosotros para tener a nuestra hija y también quiere seguir en contacto con una vez que haya pasado el parto, lo que nos parece maravilloso». Casi casi tanto, como ese «regalo» que están a punto de recibir.

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