El propietario del inmueble en la que se produjo la explosión, que falleció recientemente, no tenía seguro de vivienda. La duda de si disponía de él o no mantuvo en vilo a varios de los vecinos del resto de casas afectadas, sobre todo para saber quién se haría cargo de las reparaciones de sus inmuebles. El problema que había para conocer este dato era que este hombre, durante el tiempo que pasó hospitalizado -un mes y diez días- estuvo en coma inducido o en un estado de conciencia que le impediría poder aclarar este extremo. Familiares de Juan Gamarra, nombre del fallecido, señalaron a este diario que todo apunta a que no disponía de seguro. «Sólo encontramos el del coche, pero el de la casa no», sostuvo la familia de esta persona que vivía sola, de ahí que tampoco nadie supiera a ciencia cierta de qué seguros disponía.

Fuentes de la administración de fincas ya apuntaron en su momento que la comunidad de vecinos se haría cargo de las zonas comunes y del levantamiento de la estructura.

Después, según las mismas fuentes, son los propietarios de cada vivienda los que tienen que estudiar con sus propias pólizas cómo correr con los gastos de los daños de sus propiedades. Lo que también se archivó fue la investigación que abrió la Policía Judicial sobre las causas de la explosión.

De momento, todo es expectación entre la comunidad de vecinos que residía en este bloque de poco más de diez viviendas.

Lo que está claro es que la mayoría llevan tres meses fuera de sus casas, en pisos de alquiler o de amigos, esperando poder volver y seguir allí la vida que dejaron el 19 de diciembre pasado.