La caída de un pino sobre un tendido eléctrico fue el origen del fuego que se desató ayer en la Vall de Guadalest y que ha devorado ya más de 20 hectáreas en este paraje de gran valor ecológico de la provincia en el gran primer incendio forestal del verano. Tras las primeras indagaciones, el departamento del Seprona de la Guardia Civil de Alicante han descartado que las llamas fueran originadas por la acción humana y, de entrada, el motivo sería el desplome de un ejemplar sobre un arco eléctrico con tres puntos de apoyo, que habría provocado un chispazo que originó el posterior fuego, según han confirmado fuentes consultadas por este diario.

Una vez iniciado el fuego tras la caída del pino, las llamas se extendieron con rapidez a causa del viento y la complicada orografía del terreno, como han explicado fuentes de la Guardia Civil. En estos momentos, el incendio está estabilizado y sin llama, y las personas que habían sido desalojadas de sus casas de forma preventiva ya han regresado a sus domicilios, según ha informado el 112CV en su cuenta de Twitter. No obstante, en la superficie afectada trabajan siguen peleando contra las llamas 3 unidades de Bomberos Forestales de la Generalitat Valenciana, 3 autobombas, 4 vehículos, un coordinador y un sargento de los Bomberos de la Diputación de Alicante.

La amenaza sobre la Vall de Guadalest, en la Marina Baixa, una zona de gran valor ecológico, comenzó ayer a las 15.00 horas y en poco tiempo se convirtió en el escenario de un complicado incendio forestal que obligó a movilizar a numerosos efectivos, por tierra y aire, para evitar un nuevo desastre medioambiental. No obstante, finalmente, el fuego tan sólo logró calcinar algo más de 20 hectáreas de bosque, pinada, matorral y cultivos, según los primeros cálculos realizados por bomberos y brigadistas. Una cifra bastante alejada de las cerca de 500 hectáreas que el pasado verano quedaron reducidas a ceniza en la comarca.

Pese a ello, el incendio forestal declarado ayer sobre las 14.30 horas en la zona más profunda del Valle de Guadalest puso en vilo a numerosos efectivos, que llegaron a temerse lo peor. La rápida intervención de los medios aéreos y terrestres fue determinante para conseguir que todo quedara en un susto y no hubiera que lamentar otra catástrofe medioambiental en la zona. Asimismo, el cambio de dirección del aire favoreció las labores de extinción a partir de las 16.30 horas, como explicaron fuentes consultadas por este diario.

De hecho, pasadas las 18.00 horas, la intensidad de las llamas se había visto rebajada y los efectivos comenzaban a ver algo de luz tras horas de duro e intenso trabajo, aunque el perímetro del fuego seguía sin estar controlado.

Dispositivo

Así, un total de 13 medios aéreos, 11 de la Generalitat Valenciana, dos del Ministerio de Medio Ambiente y uno del Consorcio provincial, junto a 9 brigadas forestales de la Comunidad y siete dotaciones de efectivos de la Diputación trabajaron hasta el ocaso contra el fuego, como detallaron desde los puestos de mando del operativo. Un amplio batallón contra el fuego que continuaban al cierre de esta edición peleando para lograr cercar las llamas, como informaron fuentes consultadas por este periódico, que indicaron que a pesar de que a lo largo de la tarde se había logrado minimizar el fuego todavía no se había podido asegurar el perímetro del incendio.

Al tratarse de una zona con una complicada orografía, plagada de barrancos con una alta densidad de matorral, dificultó las tareas de extinción, como explicaron fuentes de los bomberos a preguntas de este diario. De hecho, a última hora de la jornada se trabaja precisamente en rebajar la temperatura de algunos de los puntos más profundos del valle que todavía presentaban focos pendientes de extinción.

Con la caída del sol, sobre el terreno afectado por las llamas sólo quedaron efectivos terrestres ya que los aéreos deben retirarse ante la ausencia de luz. No obstante, estaba previsto al cierre de esta edición que 9 brigadas forestales y siete dotaciones de bomberos del Consorcio continuaran batallando contra el fuego a lo largo de la noche con el objetivo de cercar el perímetro de las llamas y dar por controlado el fuego.

Casas en riesgo

La superficie devorada por el fuego se encuentra a apenas dos kilómetros de Guadalest y, aunque las llamas se iniciaron en lo más profundo del valle, el viento a su favor provocó que en poco tiempo avanzaran ladera arriba. Ante la creciente nube negra que iba cubriendo la zona, los efectivos encargados de sofocar las llamas decidieron desalojar siete viviendas cercanas al fuego. Así, un total de 14 personas fueron expulsadas de sus casas ya que, por la proximidad al terreno afectado, podían correr el riesgo de intoxicarse con el humo.

Los desalojos se produjeron sin ningún tipo de incidencias y las casas, finalmente, no se vieron afectadas por las llamas. Asimismo, las dotaciones de brigadistas y bomberos también decidieron desalojar el aparcamiento público de Guadalest, para evitar cualquier tipo de incidente, como explicó a este diario el diputado provincial de Emergencias, el popular Jaume Lloret, quien se desplazó hasta el foco del incendio a media tarde para comprobar de primera mano el desarrollo de las taras de extinción.

El responsable provincial de Emergencias lamentó la pérdida de estas más 20 hectáreas de masa forestal con un alto valor medioambiental para la zona, aunque destacó que podría haber sido peor y agradeció que la superficie calcinada por las llamas no hubiera sido más grande.

Corte al tráfico

Junto a los desalojos de algunas viviendas próximas al fuego así como aparcamientos públicos, los efectivos también decidieron cortar el tráfico de la CV-755 por el temor a que las llamas subieran ladera arriba y continuaran devorando la zona. Así, las dotaciones de bomberos y brigadistas impidieron el paso de vehículos rodados por la citada carretera comarcal que atraviesa el Valle de Guadalest y conecta este municipio con Callosa.

Con todo, el fuego logró extenderse con rapidez. El hecho de que la carretera estuviera cortada a la circulación permitió facilitar las tareas de extinción, como explicaron fuentes del operativo. La existencia de muchos barrancos, en cambio, y de una orografía muy densa complicó las labores que continuarán durante la mañana de hoy con el objetivo de dar por controlado el fuego. Un primer estadio de las llamas para, después, poder considerarlas como extinguidas.

Un proceso que llevará más tiempo puesto que las altas temperaturas y la complejidad del terreno obligan a extremar las precauciones y trabajar todo lo necesario para que los focos del incendio no vuelvan a reproducirse.

De momento se desconocen las causas del incendio forestal que ha devastado más de 20 hectáreas del Valle de Guadalest. Serán efectivos de la Guardia Civil los encargados ahora de iniciar la investigación oportuna para llegar al origen del fuego.