«Viva San Fermín. Gora San Fermín». La primera línea de la playa de Levante de Benidorm fue ayer, durante unas horas, más navarra que nunca para festejar el comienzo de las fiestas de San Fermín. Decenas de personas llegadas de Pamplona, pero también de otros puntos del norte, se vistieron de blanco y rojo para seguir en directo el Chupinazo en su tierra, pero también el que, desde hace ya 30 años, se dispara cada 6 de julio a las puertas del restaurante Tamboril, promotor de esta iniciativa y de otras conmemoraciones en honor a este santo, como una misa y otras actividades hasta el próximo día 14, cuando se volverán a reunir para cantar el «Pobre de mí».

El concejal de Deportes y Limpieza Viaria, Arturo Cabrillo, recientemente incorporado junto a su compañera de Ciudadanos por Benidorm al gobierno local tras el pacto con el PP, fue el encargado ayer de encender el cohete que marcó el comienzo de estas peculiares celebraciones, en compañía de Javier Abinzano, cabeza visible del Grupo Tamboril. Junto a él, otros representantes públicos y festeros, como los ediles Ana Pellicer y Jesús Carrobles (PP), Paquita Ripoll (CBM) o Juan Balastegui (Cs), así como la reina infantil de las Fiestas Mayores Patronales, Àngela Antón y el presidente de la Comisión, Antonio Vicente Fuster, tampoco quisieron perder su oportunidad de secundar el Chupinazo, encendiendo también la mecha a otros cohetes preparados para la ocasión.

Mientras todo esto ocurría sobre el atril, turistas y vecinos primero alzaron sus pañuelos al cielo al grito de «Gora San Fermín» y, después, participaron en la ronda de bailes tradicionales que se llevaron a cabo sobre el Paseo de Levante, para continuar después con la celebración en el local.

Fieles a la cita

El disparo del Chupinazo en Benidorm y la celebración en la distancia de las fiestas de San Fermín se ha convertido ya, prácticamente, en una tradición al inicio de cada verano en Benidorm. La iniciativa partió de la familia Abinzano, empresarios hosteleros de origen navarro, como una forma de acercar las fiestas de su tierra a los paisanos que estos días, bien por motivos laborales bien por estar de vacaciones, se encuentran lejos de Pamplona. El primer Chupinazo se disparó desde la primera línea de playa en el año 1987 y, desde entonces, ha sido siempre fiel a su cita con los sanfermines.