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Benidorm

Disparar con balas de fogueo

Los ediles de Cs se crecen y advierten al nuevo gobierno bipartito de que si quieren habrá moción de censura, aunque no la harán

Los tres concejales de Cs de Benidorm marcaron distancias con el PP en el último pleno. david revenga

Acción, reacción. El primer pleno ordinario de Benidorm después de que el PP de Toni Pérez cediera a las presiones de los dos concejales de Ciudadanos por Benidorm (CBM) -la formación que creó el actual edil no adscrito y de la que más tarde terminaría siendo expulsado- y pactara con ellos su entrada al gobierno localpactara no podía estar exento de polémica. Hay nervisiosismo en la Casa Consistorial. La tensión empieza a asentarse entre algunos grupos de la oposición, no todos, a sabiendas de que en menos de dos años tendrán que enfrentarse, de nuevo, a las urnas. Y antes de esa batalla cada uno quiere dejar claro donde está su sitio, aunque sea a costa de disparar con balas de fogueo, sabiendo que no llegará a causar heridos y que, al final, todo quedará en un calentón.

Eso, precisamente, fue lo que hizo la oposición al completo durante el pleno ordinario del mes de junio a propuesta del grupo municipal Ciudadanos. Hasta 12 propuestas llevadas por el gobierno local de Benidorm, ahora conformado por ocho ediles populares y dos de CBM. Unas iniciativas que, a excepción de una, fueron retiradas del orden del día por la alianza puntual de los siete concejales socialistas, los tres de Cs, la liberal Angela Berna (Gema Amor se ausentó por su reciente maternidad) y los dos regidores de Compromís-Los Verdes. Un total de 13 votos. Suficientes para boicotear un pleno.

Son los mismos votos que se necesitan para dar un paso más allá y boicotear a un gobierno. Y muchos se preguntan ahora, ¿han vuelto los fantasmas de la moción de censura al Ayuntamiento de Benidorm? ¿Hay posibilidades de derrocar al gobierno que preside Toni Pérez? Pues lo cierto es que no. Lo cierto es que eso es lo que les gustaría a los concejales de algunas de las formaciones que están en la bancada de la oposición y que se prestaron a formar parte del teatro que orquestó Cs, como es el caso de la coalición Compromís-Los Verdes.

Su portavoz, el nacionalista Josep Bigorra, se salió del guión marcado durante la representación y fue rotundo. «Si cuatro grupos son capaces de ponerse de acuerdo para reprobar las formas de un gobierno igual es que ha llegado el momento de cambiar al gobierno», lanzó el concejal. Nadie supo o, mejor dicho, quiso recoger el guante.

Porque los socialistas, que todavía parecen estar convalecientes por haber perdido el poder hace dos años, se prestaron al juego simplemente para cabrear al PP. Y Liberales más de lo mismo. Todos saben que la opción de una moción de censura, a estas alturas del partido, es prácticamente inviable. Pese a ello, se prestaron a seguir el juego de los tres ediles de Ciudadanos, que fueron los auténticos vencedores del pleno.

Tanto que se permitieron el lujo de mantener en el orden del día la única moción que habían llevado a ese pleno a pesar de ser los promotores de la retirada de los puntos elevados por el gobierno local, como escenificó el portavoz de Cs, Rafa Gasent, una vez y otra vez, hasta once. Y sabiendo, además, que los ediles de Compromís-Los Verdes sí iban a dejar sobre la mesa sus tres mociones por coherencia. Socialistas y liberales no se vieron en el aprieto de decidir qué hacer. No habían llevado ninguna propuesta a esa sesión. A los tres ediles de Ciudadanos lo de la coherencia de Compromís-Los Verdes les dio igual. Tiraron adelante y sometieron su propuesta a votación. Y encima se aprobó por unanimidad. Inaudito.

Una evidencia más de que la llave para la toma de decisiones en Benidorm la tienen los tres ediles de Ciudadanos. Y si se enfadan pues boicotean un pleno, aunque tres meses antes hayan dado su apoyo a los presupuestos municipales del PP. O aunque días antes se hagan la foto con el ejecutivo municipal para celebrar que cumplen con las exigencias puestas sobre la mesa a cambio de respaldar las cuentas. O aunque haya que celebrar un pleno extraordinario tres días después para aprobar algunos puntos que fueron retirados pero que eran necesarios para no bloquear la gestión municipal. Una sesión que los ediles de la oposición no cobrarán, como así recalcaron, y a la que no asistió uno de los concejales de Ciudadanos.

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