Los ayuntamientos de Callosa d'en Sarrià y Altea, representados por sus alcaldes, Josep Saval, y Jaume Llinares, firmaron ayer un convenio de colaboración que pone fin a años de discrepancias entre ambos municipios por el suministro del agua potable que realiza Callosa a los usuarios de la urbanización alteana de Santa Clara. Dada la ubicación de esta urbanización, Callosa ha suministrado el agua potable a los usuarios alteanos desde el desarrollo del complejo residencial en los años 80. No obstante, las condiciones para la venta de los caudales, siempre han sido objeto de discordia entre ambos municipios, un problema que durante años ha estado enquistado con hasta doce recursos judiciales, sin que hubiera voluntad política para resolverlo.

Sin embargo, «gracias a la capacidad dialogante y a la voluntad reconciliadora de dos equipos de gobierno surgidos del 'Acuerdo del Botánico'», como destacaron ayer desde el Ayuntamiento callosino, finalmente se ha alcanzado un consenso plasmado en el documento suscrito. Un acto encabezado por los alcaldes de ambas poblaciones y estuvo arropado por todos los concejales del equipo de gobierno de Callosa y técnicos de ambos consistorios, implicados en la elaboración de este acuerdo.

«Este es un acto muy importante porque pone fin a un problema entre dos poblaciones que estaban inmersas en una discusión de intereses que había que consensuar. A partir de ahora, Callosa le venderá agua a la urbanización de Santa Clara con un precio y unas normas que evitarán problemas, tanto a la urbanización como a nuestra corporación y a las corporaciones venideras, aportando estabilidad entre ambas poblaciones», declaró el primer edil alteano, Jaume Llinares. Por su parte, el alcalde de Callosa, Josep Saval, afirmó que se trataba de «un tema enquistado que generaba problemas entre dos ayuntamientos y, sobre todo, a los usuarios, tras lo cual afirmó que «las palabras clave de este convenio son las de «futuro tranquilo, para que cualquier cambio que se pueda producir nos obligue a pactar para que ningún vecino de Santa Clara tenga ningún problema».

Retirada de recursos judiciales

Los técnicos de ambos consistorios han trabajado en un convenio que finalmente ha fijado el precio del agua potable en 0,75 el metro cúbico, revisable cada dos años. El Ayuntamiento callosino facturará a la entidad gestora del suministro en baja en Altea -o al Ayuntamiento de Altea-, por trimestres naturales y suministrará agua potable de calidad, entre otras obligaciones. Por su parte, el Consistorio alteano retirará todos los recursos que están en distintas fases de la vía judicial.