El Club Náutico de Altea se ha puesto en pie de guerra contra el Consell ante la posibilidad de incrementar el canon anual que paga. Pasaría de 42.000 euros anuales a pagar 289.642 euros al aplicar como canon el 5% del valor total de las instalaciones, en que 2014 fue tasado por la Conselleria de Infraestructuras cerca de 5,8 millones de euros. «Y no toma en consideración que las instalaciones no se han renovado desde que finalizó la última concesión, en el 2000, y por tanto están deterioradas y obsoletas», advierte el Club Náutico de Altea en un comunicado.

El centro deportivo lamenta que al retraso de la convocatoria del procedimiento negociado para renovar licencias de concesión se suma la posibilidad de un aumento del canon que los clubes valencianos en general deben pagar a la administración autonómica para mantener su actividad.

Y critican que de llevarse a cabo en aplicación de la Ley de Puertos Valenciana, el Consell «pone fin a la labor social, deportiva y medioambiental que, desde hace décadas, desarrolla, entre otros, el Club Náutico de Altea», cuenta el presidente de la entidad, José Román Zurutuza.

Renovar la licencia

Apuntan que llevan 17 años reclamando la renovación de la licencia de la concesión administrativa para seguir gestionando las instalaciones como entidad sin ánimo de lucro, y ahora se cierne sobre ellos la posibilidad de que el canon se multiplique por siete. Consideran que esto se traduce «en una condena a aumentar las cuotas sociales, multiplicar las tarifas restando competitividad, y reducir al límite la actividad deportiva».

«Pasar de abonar 42.000 euros anuales a los 289.642 demuestra la escasa o nula sensibilidad de las autoridades autonómicas con estas entidades, particularmente la nuestra», lamenta el presidente

Instalaciones obsoletas

De hecho, Zurutuza señala que de tener que afrontar el canon una de las consecuencia para la entidad alteana será «la asfixia económica absoluta». Declara que con licencia provisional y sin dinero, jamás se podrían acometer obras de modernización y mejora de unas instalaciones que asegura son antiguas y están obsoletas. «Todo nos lleva al mismo y fatal final: sin tener garantizada la continuidad es absurdo invertir, y si algún día llegáramos a tener esa garantía, sin dinero tampoco podríamos hacerlo. Está claro que quieren nuestra desaparición».

Desde el Club explica que la Ley de Puertos Valenciana, posterior a esa tasación, establece que el canon a aplicar en cada caso será del 5% de dicha valoración, «sin tener tampoco en consideración que se trata de entidades sin ánimo de lucro y que basan su existencia en labores formativas, de aprendizaje y promoción de deportes náuticos, aplicación de medidas medioambientales y constitución de amplias bases sociales. Es una ley durísima, demoledora para todos nosotros», enfatiza Zurutuza.

Y añade que se sienten agraviados porque otros puertos valencianos de mayores dimensiones se valoran por debajo. E indican que el de Altea sería el Club al que más se elevaría el canon, multiplicando por siete la cantidad que abona en la actualidad.

Desde el Club Náutico de Altea señalan que el mundo de la náutica valenciana tiene claro que el trasfondo es «poner estas instalaciones náuticas en manos de las llamadas marinas deportivas», empresas privadas cuyo objetivo, es ganar dinero, con concesiones administrativas basadas en iniciativas que incluyen proyectos de urbanización del entorno, con construcción de hoteles, apartamentos y centros comerciales. Y advierte que «en los que el fomento del deporte es absolutamente secundario o inexistente».

Una costa elitista

«Nos consta que hay varias de estas mercantiles interesadas en el Club Náutico de Altea. Son poderosas, presionan mucho a la Administración para que todo acabe como en Gandía, cuyo club náutico ha sido finiquitado en favor de una sociedad capitalista sin experiencia portuaria», lamenta José Román Zurutuza. «La jugada es clara: Quieren convertir la costa valenciana en un gigantesco y elitista Puerto Banús».