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Análisis

El fin de la pose

Los dos ediles de CBM dan un paso al frente, se quitan la careta y hacen pública su alianza con los populares a punto de rozar el ecuador del mandato y con la vista puesta ya en las elecciones de 2019

Ocurrió en el pleno del pasado mes de abril. El portavoz de Ciudadanos por Benidorm (CBM), Arturo Cabrillo, estaba exponiendo los argumentos que habían llevado a su grupo a presentar una propuesta para pedir la realización del plan acústico cuando al edil se le «escapó» los nuevos puntos de control sonoro que ya había instalado el gobierno local del PP. Sucedió, como digo, hace dos meses. La afirmación, que unos minutos después aseveró el propio concejal de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, evidenció una vez más lo que en el Ayuntamiento de Benidorm era un secreto a voces desde hace mucho tiempo atrás. El acuerdo entre los populares y CBM echó a andar hace meses pero no fue hasta la mañana de ayer, a punto de cumplirse el ecuador del mandato, cuando las dos partes implicadas dieron, de la mano, un paso al frente para dejar la pose a un lado. Y qué pose.

Durante meses las subidas y bajadas de los ediles de CBM al área de Alcaldía, que duraban horas, o los detalles que los miembros del gobierno local tenían con Cabrillo o Ripoll durante los actos oficiales, entre otras muchas cosas, mantenía en vilo al resto de grupos de la oposición. No había semana sin que alguien lanzara la pregunta más repetida en este mandato: ¿Para cuándo entrarán? Pues bien. Ayer, 6 de junio, y a una semana de que se cumpla el segundo aniversario de Toni Pérez como alcalde de Benidorm, se oficializó el pacto de cara a la galería.

Se han hecho de rogar. Pero ambas partes no podían esperar más para confesar un idilio que viene de lejos y que se ha visto lastrado por las terceras personas. El rechazo de los tres concejales de Ciudadanos (Cs) a la hora de entrar de la mano de CBM al ejecutivo local ha sido lo que, hasta el último momento, ha mantenido en el aire el anuncio público de esta entente.

Un acuerdo con el que Toni Pérez no gana más estabilidad de la que ya tenía -hasta ahora ha sacado adelante todos los puntos de calado, como los presupuestos, con el apoyo de CBM y Cs- pero con la que sí obtiene algo de tranquilidad. Sobre todo después de que los de Albert Rivera descarten una moción de censura. Y ahora en Benidorm lo de los pactos y los contubernios para derrocar al PP ya dan igual.

Ahora lo que les empieza a preocupar a todos los grupos, empezando por los socios de gobierno, son las elecciones municipales de 2019. El objetivo es dejarse ver y hacerse notar para que cada vecino sepa lo que este u otro partido ha hecho en lo que va de mandato. Así que sientense y disfruten del espectáculo.

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