Negocios defensores y vecinos detractores. El interés mostrado por una promotora para construir un rascacielos de uso residencial en primera línea de playa en La Cala de Benidorm ha generado controversia entre residentes y comerciantes. No hay que olvidar que se trataría del primer gigante de hormigón que se hace un hueco en la avenida Vicente Llorca Alos, que transcurre. durante algo más de dos kilómetros, de forma paralela al mar. Una novedad que mientras a algunos les parece de lo más atractiva a otros les resulta negativa se mire por donde se mire.
Y es que el problema precisamente es ese: las vistas. Muchos de los residentes que viven por en segunda y tercera línea ya no divisarán el mar desde sus balcones una vez que la torre de apartamentos de 22 alturas se materialice. Hay que tener en cuenta que la empresa que está detrás del proyecto ha comprado parte de la parcela del Gran Hotel Delfín para desarrollar el proyecto. Un choque visual si se tiene en cuenta que esta alojamiento apenas suma tres plantas y que, en esta parte de la playa de Poniente, predominan los bajos y edificios de toda la vida, al menos en primera línea.
De ahí que para muchos este anuncio haya sido todo un susto que, de entrada, no les hace ninguna gracia. «No vamos a ver nada. Nos van a tapar las vistas», decía ayer a las puertas de su vivienda el vecino de uno de los bloques que está justo detrás del hotel Delfín.
La versión cambia si se formula la misma pregunta al dueño de un restaurante de la zona o de un comercio. «A nosotros nos parece bien. Las obras generarán molestias pero después este tipo de cosas siempre trae gente al negocio», consideraron ayer los dueños de un restaurante ubicado a espaldas de donde se espera que se levante el nuevo rascacielos.
Como ya adelantó ayer este diario, el proyecto está pendiente de permiso municipal a la espera de que la concejalía de Urbanismo tramite la segregación de la parcela que ahora pertenece al hotel Delfín.
