Muchas voces a favor, pero también alguna que otra en contra. La supresión de la recogida de basura en el Calvari mediante el método del «bolseo» acordada por el Ayuntamiento de Benidorm ha generado disparidad de opiniones entre el más de medio millar de personas que residen en este barrio, ubicado en pleno centro de la ciudad. La medida, como ya avanzó ayer este diario, pretende poner fin a la práctica de sacar las bolsas de basura a la puerta de cada casa y, a su vez, obligar a los negocios y a los edificios de apartamentos con más de tres plantas a sacar sus propios contenedores para depositar los residuos sólidos urbanos; mientras que en el caso de los residentes en viviendas familiares, tendrían que acudir a los soterrados más cercanos para depositar la basura.
La asociación vecinal Calvari Nou, que cuenta con un centenar de residentes asociados, respaldó ayer la medida, al considerar que contribuirá notablemente a mejorar la limpieza y la imagen del barrio. Así lo afirmó su vicepresidenta, Paca Fuster, que señaló que el no tener depositadas las basuras en las distintas calles del centro puede servir para dar «un gran cambio a la zona para mejor en materia de limpieza, uno de los objetivos por lo que en su día creamos esta asociación». Por ello, Fuster apeló a la colaboración y concienciación de los residentes, para «contribuir poco a poco entre todos» en esta materia.
Ahora bien, pese a mostrar su apoyo a la medida, algunos vecinos del Calvari consideraron ayer que en la zona no hay suficientes contenedores soterrados para albergar los desechos de todos los residentes. «En la calle La Parra sólo hay dos depósitos y se llenan enseguida, mientras que, para reciclar, hay que ir sí o sí al Huerto de Colón o a Ramos Carratalá, porque no hay más opciones», señalaron algunos de los consultados que, además, creen que el Ayuntamiento debería estudiar la fórmula para dotar de más contenedores a esta zona.
Esta opción, no obstante, fue descartada por la portavoz de la asociación de vecinos del barrio: «Aunque sí es verdad que harían falta más contenedores, no hay sitio donde ponerlos, porque podríamos crear un nuevo conflicto: ¿debajo de qué ventana los vamos a poner?», afirmó Paca Fuster, quien sin embargo sí aportó una posible solución: «Sería preferible que todos los edificios estén obligados a tener su propio depósito y, de esa forma, ya estaríamos reduciendo una gran cantidad de bolsas que no irían a los soterrados».
Frente a la mayoría de vecinos que apoyan la supresión del «bolseo», también los hay que consideran que la medida «no va a ser efectiva, se pongan como se pongan». Manuel P., uno de los disconformes, justificó su oposición con dos frases: «La gente está poco concienciada y no colabora en nada. Si muchos se dejan la caca del perro en mitad de la calle, ¿por qué no van a dejar la bolsa de basura, cuando llevan haciéndolo así toda la vida?».
Ante estos cambios, el Ayuntamiento ha iniciado una campaña informativa remitiendo circulares a todos los residentes. Por su parte, la asociación de vecinos celebrará el viernes una reunión para tratar el tema y sondear la opinión de todos sus socios.
