Como cada mañana, el viernes Joan Ripoll se dirigió a abrir su negocio especializado en productos de buceo, Noray Sport, en Altea. Tras abrir las puertas, empezó a colocar toda la publicidad que todos los días adorna la calle pero cuando entró en la trastienda algo llamó su atención: cajas vacías y desperdigadas por el suelo en las que faltaba género. Habían entrado a robar en su establecimiento, ubicado en la calle Conde de Altea, aquella misma noche desde un local vacío contiguo al suyo y utilizando el método del butrón. Al principio, no se dio cuenta de que había un agujero en la pared, por eso pensó que «podía haberse escondido alguien antes de cerrar la noche anterior» para robar. Pero no fue así. El dueño del establecimiento explicó a este diario que está «alucinado» con lo ocurrido. Sobre todo porque su tienda, con 30 años de historia, está en la carretera principal que cruza Altea, la nacional 332, y en una zona muy concurrida con un tráfico constante de vehículos y peatones, por lo que «no es muy lógico que alguien se atreva a robar porque es muy vistoso» incluso por la noche.Los ladrones accedieron a la trastienda a través de un agujero de apenas unos centímetros, según explicó Joan Ripoll. Con el butrón habían conseguido reventar dos paredes de la parte trasera del establecimiento y el acceso había sido desde un local adyacente que se encuentra vacío. Pero ese no era el único hueco que hicieron los ladrones. En otra de las paredes de los probadores, la que comparte la tienda con el negocio contiguo en la misma avenida, también intentaron hacer un butrón y poder acceder a esa tienda de al lado, aunque sin éxito. El dueño encontró allí cascotes y un neopreno destrozado que colocaron en el suelo.

Productos de gran valor El botín fue suculento: cámaras go-pro, ordenadores de buceo y relojes de apnea, linternas y focos de buceo e incluso biquinis y gafas de sol. Todo ello, según apuntó el propietario, valorado en unos 7.000 u 8.000 euros. En definitiva, los productos electrónicos de más valor de la tienda, de pequeño tamaño y que podrían tener una venta rápida. Por ello, el propio Joan Ripoll ha hecho un llamamiento en redes sociales tanto a conocidos como a los aficionados al buceo apuntado que si se topan con anuncios de productos nuevos a precios poco razonables estén atentos. El robo ya ha sido denunciado ante la Guardia Civil de Altea. El propietario aseguró que, a pesar de todo lo que han robado, los ladrones dejaron vitrinas abiertas con material de valor: «les debió alertar algo y se fueron». Lo que explicaría también que no acabaran el otro butrón que comenzaron.Joan Ripoll aún no ha tenido tiempo de contabilizar qué le supondrá al negocio este robo aunque sí apunta que «nos han roto» ya que empieza la temporada de verano y acababa de recibir todos los productos nuevos, alguno de ellos con valores que van desde los 300 a los 800 euros. «Esperemos poder hacer frente pronto a las pérdidas para comenzar bien el verano», argumentó. Y mientras el robo se soluciona, el viernes durante todo el día el trabajo fue de limpieza y arreglos de albaliñería para dejar de nuevo la tienda en condiciones aptas para seguir con su actividad diaria y afrontar la temporada.