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Benidorm

El gobierno de Benidorm tropieza con los cauces legales y no logra vetar a las «prostitutas» del Rincón

La complejidad jurídica para aplicar órdenes de alejamiento sobre ladronas que utilizan el sexo como reclamo en la «zona guiri» da al traste con la medida del PP

El gobierno de Benidorm tropieza con los cauces legales y no logra vetar a las «prostitutas» del Rincón

Objetivo incumplido. La medida estrella del equipo de gobierno popular de Benidorm para vetar a las mujeres que utilizan el sexo como reclamo para robar a los turistas de la «zona guiri» no ha llegado a materializarse. Los cauces legales que deben seguirse para ejecutar la solución lanzada hace ahora un año por el ejecutivo municipal del PP han provocado que la problemática no sólo siga presente sino que, además, haya experimentado un repunte durante las últimas semanas, como denunció hace unos días este diario.

El aumento de turistas internacionales, especialmente procedentes de Reino Unido, ha generado un crecimiento paralelo de atracos violentos perpetrados por mujeres que, haciéndose pasar por prostitutas, desvalijan a los visitantes extranjeros que deambulan a altas horas de la noche por las calles de la zona inglesa, en el distrito del Rincón de Loix de Benidorm, como denunciaron hace unos días desde el colectivo de agencias de viajes de la ciudad. Un problema que ya empezó a causar estragos el año pasado por estas mismas fechas y que, de hecho, provocó que la concejalía de Seguridad solicitara a las autoridades judiciales la imposición de órdenes de alejamiento sobre estas calles para las ladronas reincidentes.

De hecho, como confirmaron ayer fuentes municipales, el documento, que se llegó a trasladar al decanato de los juzgados de Benidorm, determinaba varias áreas según su confictividad. Una petición a la que todavía esperan respuesta en el Ayuntamiento benidormense. «Hay varias aristas legales que aún deben tratarse», lanzaron ayer fuentes cercanas al gobierno local para justificar el retraso.

Sin embargo, fuentes judiciales consultadas ayer por este diario explicaron ayer que el trámite no es tan fácil de ejecutar como parece a simple vista. «Para imponer una orden de alejamiento a una persona debe haber un proceso penal abierto en su contra y la acusación -pública o particular- debe solicitar esta condena accesoria», recalcaron a la vez que apostillaron que la misma sólo se puede acometer cuando haya sentencia condenatoria.

Por ello, los pasos dados hasta ahora por el gobierno municipal popular no servirían para nada, ya que no están ligados a ningún procedimiento. De hecho, si quisiera hacer efectivo la figura de las órdenes de alejamiento debería personarse en cada uno de los juicios que se celebran sobre este tipo de robos y pedir la medida en cuestión.

Restrictiva y excepcional

Además, imponer una orden de alejamiento a una persona sobre una determinada zona es una medida excepcional y tan restrictiva que no es habitual adoptarla, pese a que lo solicite la acusación, apuntaron expertos en la materia a preguntas de este periódico. «La persona debería contar con antecedentes suficientes como para decretar la prohibición de aproximación a una zona», recalcaron estas mismas fuentes.

Unas consideraciones que truncan la hoja de ruta establecida por el equipo de gobierno popular para poner coto a la problemática. Más aún si se tiene en cuenta que muchos de los casos denunciados llegan a los juzgados sin que el afectado esté presente en el juicio, que suele celebrarse cuando sus vacaciones ya han concluido. Un hecho que reduce las posibilidades de imponer condenas ejemplarizantes con medidas drásticas como las órdenes de alejamiento a las que se aferra el gobierno local para frenar una problemática que ha vuelto a repuntar en las últimas semanas debido al inicio de la temporada alta, como denunciaron hace unos días desde Avibe, el colectivo que agrupa a las agencias de viaje de la ciudad turística.

Preocupación por la imagen

A los responsables de empresas turísticas les preocupa y mucho el aumento de estos robos entre los turistas extranjeros ya que consideran que la imagen que se está trasladando a los viajeros es de inseguridad.

Algo nada beneficioso más en estos momentos donde parte del repunte de visitantes extranjeros que se ha dado en Benidorm se debe a las crisis políticas que atraviesan algunos destinos competidores, como Túnez, Turquía o Egipto, y que han propiciado ese aumento de visitantes a la ciudad de los rascacielos durante las dos últimas temporadas.

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